Por fin. Tras el mes de abril más cálido desde que tenemos registros, por fin llega un respiro. No solo estamos a punto de disfrutar de un descenso de temperaturas (bastante pronunciado en algunos sitios), sino que el fin de semana lo van a protagonizar las tormentas y los chubascos.
¿Qué va a pasar? Durante semanas, la península ha sufrido una situación de bloqueo. Es decir, hemos tenido un enorme anticiclón que cubría buena parte del país y bloqueaba la llegada de frentes atlánticos o mangas de aire polar. Ahora la situación parece que está empezando a cambiar.
En esencia, parece que el bloqueo ahora está más hacia el oeste: en pleno atlántico. Eso hará que no entren frentes desde el océano, pero (al estar acompañado por amplias áreas de bajas presiones en Europa continental) creará un pasillo que permita que masas de aire del norte se descuelguen hacia el país. Sobre todo, hacia el norte y el este.
Y el mejor ejemplo es ahora. Este fin de semana, por ejemplo, va a llegar un embolsamiento de aire frío. Ese será el responsable de la bajada de las temperaturas y el aumento de la inestabilidad atmosférica. De paso, hará que la cota de nieve baje hasta los 1.400 en algunas partes de la cordillera Cantábrica, Pirineos y los sistemas Central e Ibérico. Sí, vuelve la nieve en mayo, sí.
La mala noticia es que esta entrada de aire es menos intensa de lo que esperábamos. La buena es que los modelos dibujan un escenario muy similar durante todo el mes. Es decir, que si las piezas meteorológicas se mantienen como están, iremos viendo como sucesivas masas de aire frío se descuelgan hasta España.
Las incógnitas se mantienen en el resto del país, pero el cambio es a mejor.
España se divide en dos. De hecho, si hacemos caso a la actualización semanal del modelo europeo podremos ver que España se va a partir en dos. Mientras las anomalías cálidas van a persistir en el suroeste, el nordeste de la península va a enfriarse bastante. De la misma forma, Andalucía y Extremadura van a seguir sin recibir agua, mientras que en el Cantábrico, Navarra, el Pirineo y el Mediterráneo la situación va a ir mucho mejor.
Hora de tomar decisiones. Con la temporada turística en ciernes, el cambio asfixiándose y el agua embalsada al 48.90% (un 0,27 menos que la semana pasada), lo razonable sería pensar que es hora de tomar decisiones. Decisiones que, en el suroeste del país pueden llegar a ser muy duras.
Sin embargo, hay un problema: las elecciones municipales. Y el mejor ejemplo es Doñana y la polémica sobre el regadío que ha enfrentado a la Junta de Andalucía no solo con el Gobierno de España, sino con la misma Comisión Europea. Las administraciones parecen dispuestas a apurar todo lo posible antes de tomar las medidas más duras. Y eso, me temo, son semanas desperdiciadas que luego vamos a echar en falta.
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Imagen | ECMWF
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