La zona metropolitana de Amsterdam lleva tiempo protagonizando pasos interesantes para un futuro neutral en carbono, empezando por la altísima densidad de bicicletas en sus calles y llegando a probar barcos eléctricos en sus canales. Ahora las autoridades buscan descarbonizarse en otro sector: el de la construcción.
Lo llaman "el Pacto Verde de la Construcción con Madera": a partir de 2025, el 20% de todos los nuevos proyectos de construcción de viviendas tendrán que ser de madera u otros productos basados en biomasa. Tanto el ayuntamiento de Amsterdam como los de los 32 municipios que conforman su zona metropolitana se han comprometido a ello.
A menos pisos, más madera
Los requisitos de esos edificios cambiarán dependiendo de su altura. Una casa unifamiliar tendrá que estar construida en un 80% de madera como mínimo, mientras que los edificios de hasta diez plantas podrán reducir esa cantidad al 65% por cuestiones estructurales. Los edificios de más de diez plantas requerirán un mínimo del 50% de madera.
Otros biomateriales que contempla el acuerdo son el corcho y el cáñamo, o cualquier otro material derivado de materia biodegradable. La idea es reducir el uso de cemento y hormigón, materiales esenciales pero cuya fabricación emite dióxido de carbono y nitrógeno a la atmósfera.
Forzar estos cambios en un 20% de los edificios puede parecer poco, pero se estima un ahorro de 220.000 toneladas de dióxido de carbono emitidos al año. Además la madera puede reciclarse fácilmente, con lo que Amsterdam podría acercarse a tener una economía circular en la que reaprovechar mejor sus recursos.
Amsterdam se une así a un grupo de ciudades con planes y experimentos similares. El año pasado Francia se propuso hacer edificios públicos en madera, y hace pocas semanas Nueva York aprobó el uso de madera en edificios de hasta 26 metros de altura. Nada comparado a Skellefteå, una ciudad sueca en la que todo está hecho de madera.
Imagen | Khara Woods
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