Saltamontes del tamaño de perros y ratas-foca: esta puede ser la fauna de la Tierra en un millón de años

Jungla
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Los biólogos tienen claro que los animales, incluso los humanos, seguimos evolucionando. Pero ahora los cambios evolutivos no vienen datos sólo por la naturaleza: los cambios provocados por el hombre como el calentamiento global también influyen. Y probablemente lo van a hacer a muy largo plazo, dentro de más de un millón de años.

Si los tigres se extinguen, la evolución de otro animal pasaría a comerse sus presas

En Vox han podido conversar con varios especialistas, preguntándoles acerca de cómo pueden ser los animales que vivan entonces. No se puede tener mucha precisión cuando se intenta buscar una respuesta, pero sí que se puede pensar en algo a raíz de los animales que van camino de extinguirse y los que no se ven afectados por la actividad humana.

Por ejemplo, la paleontóloga Jingmai O’Connor del Field Museum de Chicago cree que si los tigres se extinguen las palomas pueden crecer para poder comerse las presas de esos felinos. Cuando una extinción genera un hueco en la cadena alimenticia, la evolución se encarga de llenarlo con uno o más sustitutos. Esas palomas, sigue O'Connor, podrían llegar a ser del tamaño de avestruces.

Las ratas también pueden verse beneficiadas por todo lo que estamos haciendo. Los humanos las hemos distribuido por todo el mundo y se han adaptado a casi todas las condiciones climáticas, creando una diversidad genética que puede permitir que evolucionen y crezcan en un futuro donde haya menos mamíferos como los actuales.

Las ratas podrían incluso desarrollar resistencia a la radioactividad y adaptarse a una vida marina

La paleoecologista de Middlebury College Alexis Mychajliw cree que podrían desarrollar resistencia a los gases tóxicos y la radioactividad que deja la civilización humana, e incluso adaptarse a una vida en el mar desarrollando aletas y una cola semejante a la de las anguilas. Ya hay otros mamíferos como las focas, con descendientes terrestres que evolucionaron para migrar al mar.

El experto Sahas Barve del Smithsonian riza más el rizo: como los humanos hemos dejado un enorme rastro de plástico, animales como las termitas podrían evolucionar para poder comérselo. No son los únicos insectos que prosperarían: un mundo con más dióxido de carbono puede provocar un boom en la vegetación global, que a su vez traería más oxígeno con el tiempo. Y a más oxígeno, más posibilidades de que los insectos crezcan en tamaño. Liz Alter, profesora en la Universidad de California, se imagina cucarachas del tamaño de gatos y mantis religiosas del tamaño de perros medianos.

No sabemos si dentro de un millón de años seguiremos estando aquí. Quizás nos hayamos extinguido, o quizás hayamos encontrado un planeta con mejores condiciones en el que vivir. Pero los expertos coinciden en que dejaremos nuestra huella en los animales del futuro lejano, en una tierra que cambiará pero que seguirá viva.

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