En poco más de un mes, el buque oceanográfico Falkor (too) completó una expedición en el sudeste del Pacífico. Sus instrumentos estudiaron 52.777 kilómetros cuadrados de suelo oceánico y los investigadores dieron cuenta del posible hallazgo de hasta 100 especies nunca antes vistas.
100 especies bajo el mar. La expedición en la que tomaron parte expertos de la chilena Universidad Católica del Norte y del Schmidt Ocean Institute (SOI) se ha saldado con una lista de 100 avistamientos que animales que podrían pertenecer a especies de corales, esponjas, moluscos y artrópodos aún no catalogadas.
A la espera de confirmación.Estos avistamientos suponen solo el principio (uno prometedor teniendo en cuenta el volumen) del proceso para acreditar el descubrimiento de nuevas especies. La confirmación del descubrimiento aún tendrá que esperar.
“La identificación completa de las especies puede durar años [el equipo responsable del hallazgo tiene] una cantidad increíble de muestras de este maravillosamente hermoso y desconocido punto caliente de la biodiversidad,” explicaba la directora ejecutiva del SOI, Jyotika Virmani.
Las dorsales. La expedición se enfocó en una dorsal que se extiende desde las aguas frente a las costas del Perú hasta Rapa Nui (la Isla de Pascua): las dorsales de Nazca, y de Salas y Gómez. Estas dorsales forman una cadena montañosa subacuática que se extiende cerca de 3.000 kilómetros con cerca de 200 cumbres submarinas.
El equipo exploró 10 de estas cumbres, lo que les permitió hallar ecosistemas “únicos” hasta ahora desconocidos, que incluían, explican, desde arrecifes de coral a altas profundidades hasta “jardines” de esponjas. Además de comprobar de primera mano la biodiversidad de estos entornos el equipo también estudió la geología del fondo marino en este área, llegando a descubrir cuatro nuevas cumbres subacuáticas. No es el primer entorno submarino donde lo hacen.
“Hemos excedido de largo nuestras esperanzas en esta expedición. Puedes esperar siempre encontrar nuevas especies en estas áreas remotas e inexploradas, pero la cantidad que encontramos, especialmente en algunos grupos de esponjas es apabullante,” explicaba en una nota de prensa Javier Sellanes, quien lideraba el equipo.
Cumbres submarinas. La cuarta de estas montañas destaca, además, por alzarse a 3.530 metros sobre el lecho marino, cincuenta metros más que la altura del Mulhacén, el pico más alto de la península Ibérica. Se trataba de la primera misión de exploración de este entorno al que el equipo llamó Solito.
El equipo confía en que el trabajo realizado pueda ayudar a promover la conservación de estos entornos. “Estos ecosistemas prósperos y sanos indican que los parques marítimos de Nazca-Desventuradas and Juan Fernándezprotegen de forma efectiva los hábitats marinos”, señalaba Sellanes.
Falkor (too). El equipo viajó a bordo del buque R/V Falkor (too), del SOI, relevo del R/V Falkor con el que la institución solía operar. Este buque no solo cuenta con un laboratorio principal de 105 metros cuadrados, también con sónar y más de una docena de sensores acústicos y una grúa con la que operar aparatos como robots submarinos.
El submarino no tripulado empleado por el equipo es capaz de descender a profundidades de 4.500 metros, lo que permitió al equipo estudiar in situ los detalles del lecho marino y sus habitantes.
Imágenes | Schmidt Ocean Institute (SOI)