Tras semanas viendo cómo los modelos predictivos prometían más de lo que la meteorología estaba dispuesta a darnos, hoy traemos buenas noticias: las piezas atmosféricas en el Atlántico se han alineado y, por fin, se ha abierto el pasillo de tormentas profundas. Es decir, lluvias, lluvias y más lluvias.
Eso sí, no para todos. Y aquí vienen los problemas.
Hablemos de la NAO. Porque, efectivamente, la palabra clave es "NAO negativa". La 'NAO' es la 'Oscilación del Atlántico Norte': el 'baile' entre el anticiclón de las Azores y la baja de Islandia, los dos grandes fenómenos atmosféricos que rigen la meteorología del Atlántico norte.
Cuando el índice que usamos para "medir quien va ganando" es negativo, el anticiclón de las Azores es más débil de lo normal y, por eso mismo, no puede bloquear las borrascas profundas del atlántico. La consecuencia directa es que, circulan más al sur de lo normal: justo a nuestra latitud.
En ese escenario entramos.
¿Qué va a pasar estos días? Todo empezó hace unos días con la borrasca Hipólito que ya está sobre la península; pero lo bueno continuará con Irene y que se empezará a notar hoy y mañana en Canarias y mañana y pasado mañana en la Península. Habrá rachas de viento fuerte o muy fuerte y lluvia persistente en el oeste (tanto de Canarias como de la Península).
Basta con ver los mapas de acumulados (como el de la imagen de portada) para comprobar que va a vivir un episodio de lluvias importantes en buena parte del país. Y eso, como la sequía no se ha ido a ninguna parte, es una buen noticia.
Las malas noticias. Pese a todo, no va a durar mucho. Si avanzamos un poco en las salidas de los modelos, podemos ver que todo indica que, en apenas una semana, el patrón de circulación atmosférica NAO+ volverá con nosotros. Es decir, volverá la estabilidad, los cielos despejados y la calma chicha.
¿El problema? Que llevamos meses instalados exactamente en el mismo patrón: tres o cuatro días de lluvias seguidos de un par de semanas o tres de anticiclón. Esto por sí solo ya sería una mala noticia, pero además hay que sumarle algo fundamental (y que nos va a dar muchos quebraderos de cabeza en el futuro): que las lluvias están muy concentradas en el cuadrante noroeste e ignoran sistemáticamente las regiones costeras del Mediterráneo.
Si nos fijamos en el mapa superior, podemos ver que el acumulado repite la distribución de lluvias acumuladas de los últimos meses: Cataluña, Valencia, Murcia, partes de la Mancha y el este de Andalucía siguen con su larguísima travesía por el desierto.
¿Hasta cuando se podrá beber agua del grifo? Esa es la gran pregunta que se hacen muchos. Hoy mismo, Fuengirola iniciaba las restricciones de agua. Y aunque los esfuerzos de las administraciones están puestos en aguantar hasta verano (esperando el milagro), cada día que pasa los problemas la fecha se acerca.
Imagen | ECMWF
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