La DANA aún no nos ha abandonado: durante buena parte de esta mañana la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha mantenido un aviso por riesgo extremo, un aviso “rojo”, en el litoral de la provincia de Barcelona. Muchos residentes han recibido alertas en sus teléfonos también las alertas de Protección Civil, instando a extremar las precauciones, evitar desplazamientos innecesarios, se alejen de zonas inundables y barrancos.
Los últimos coletazos. Los efectos de la última DANA se prolongan aún en distintas partes de la Península: los avisos por lluvias de AEMET afectan hoy a buena parte de Cataluña, Pirineo oscense y norte de Cáceres. Cataluña es, donde está hoy puesta la atención y donde la DANA está causando más problemas.
Hace unas horas, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Oscar Puente, daba noticia de la constitución de un comité de crisis en el aeropuerto de Barcelona-El Prat “para hacer seguimiento de la repercusión por las fuertes tormentas que están teniendo lugar en la jornada de hoy en el aeropuerto de Barcelona.”
Las lluvias habían afectado a la estructura creando goteras y obligando a desviar 15 vuelos. También dejaba constancia de algunos de los efectos de las lluvias sobre las infraestructuras como circulación interrumpida en el Túnel de El Prat de la línea de alta velocidad.
Previsiones. Se espera que la DANA se disipe a partir del martes, pero las lluvias no van a cesar del todo en la costa mediterránea. Si bien las previsiones de AEMET hablan de “probables precipitaciones persistentes y/o fuertes” en zonas como el norte de Extremadura, Pirineo aragonés y parte de de Cataluña, la inestabilidad el miércoles parece que será más acusada.
La agencia habla de “probables chubascos y tormentas fuertes en el norte de Baleares”, que podrían también darse en otras áreas de la costa mediterránea, tanto en el resto del archipiélago como en el litoral de Cataluña y Comunidad Valenciana.
Qué viene después. Pero esta semana las precipitaciones también van a extenderse por otros lugares de la Península. El motivo es la llegada de Patty, una tormenta subtropical que llegará reconvertida en borrasca al oeste peninsular.
Ahora Patty avanza por el Atlántico en dirección este-noreste a una velocidad de unos 31,5 km/h (17 nudos). La presión mínima asociada a esta depresión es de 996 milibares y los vientos sostenidos máximos rozan los 65 km/h (35 nudos).
Según la trayectoria estimada, los restos de Patty alcanzarán la costa norte de Portugal alrededor del martes por la tarde. Es de esperar que los efectos de esta depresión se comiencen a hacer notar entonces en zonas del oeste y noroeste peninsular. Aún así no se esperan episodios de especial magnitud: si las previsiones se cumplen, las precipitaciones acumuladas no superarían los 40 mm por metro cuadrado a lo largo de la semana en estas áreas.
Mucho trabajo por delante. La situación meteorológica se revierte. Probablemente una gran noticia para las miles de personas que ahora trabajan en recuperar cuerpos y en devolver la normalidad a las zonas afectadas por las riadas de la última semana. Una normalidad al menos en lo superficial ya que la recuperación tardará en llegar.
Imagen | ECMWF
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