China se está enfrentando a una de las peores olas de calor de su historia, la más intensa y prolongada de los últimos sesenta años. Unas 200 estaciones meteorológicas del país han registrado temperaturas superiores a 40 grados, según el periódico local Global Times, y en algunas regiones se han superado las temperaturas marcadas como máximas con anterioridad durante más de 70 días en lo que va de 2022.
A estas temperaturas extremas se suman las escasas lluvias, ya que este año las precipitaciones en China habrían disminuido un 60% en comparación con la media de otros años, según informa la Agencia EFE. Todo esto ha provocado que hasta 66 ríos de 34 condados chinos se hayan secado, y otros discurran con un caudal bajo mínimos. Una terrible sequía que está poniendo en serio riesgo multitud de cosechas y está provocando una crisis energética que amenaza con sacudir al resto del mundo.
¿Por qué? Aunque China depende de varias fuentes de energía para producir electricidad, en algunas regiones la principal es la hidroeléctrica, como en Sichuan, una extensa provincia interior con una población de unos 84 millones de personas que representa el 5% de la economía del país asiático, según Bloomberg. La industria de esta zona es clave en la fabricación, entre otros productos, de baterías de coches eléctricos y paneles solares, y procesa alrededor del 20% del litio y el 13% del polisilicio de China.
Y ahora buena parte de esa industria está paralizada debido a los cortes de luz que ha provocado la sequía, puesto que muchos de los ríos discurren con mucha menos agua de lo habitual y esto ha provocado que la generación de energía hidroeléctrica se haya desplomado en un 51%. Según Bloomberg, el 82% de la energía que se consume habitualmente en Sichuan es hidroeléctrica.
Ante esta situación, las autoridades locales han restringido el uso de electricidad en algunas industrias del 20 al 25 de agosto, entre ellos los fabricantes de coches Toyota y Volkswagen, que han cerrado sus plantas en Chengdu hasta que termine el racionamiento, o Jinko Solar, uno de los fabricantes de placas solares más grandes del mundo, que ha reducido la actividad de sus factorías a mínimos.
Apagones en las ciudades. Además de a la producción industrial, la escasez de energía también ha provocado apagones durante horas en diferentes zonas residenciales de la región de Sichuan, donde se han limitado el uso de aires acondicionados, iluminación o escaleras mecánicas en oficinas y centros comerciales para ahorrar energía.
Pero no sólo la región de Sichuan está sufriendo cortes de luz por culpa de la sequía. Shanghái, a 2.000 kilómetros, también está restringiendo la iluminación nocturna de determinados monumentos y edificios para ahorrar energía, según la BBC.
El río Yangtsé. Las regiones más afectadas por la sequía y los cortes de electricidad son las bañadas por el río Yangtsé, el más grande de China y del continente asiático, que recorre el país desde el noreste al este atravesando ocho provincias diferentes, entre ellas Sichuan, e importantes ciudades como Wuhan o Shanghái. Desde julio, las precipitaciones en la cuenca del Yangtsé han sido un 40% inferiores a las del año pasado, reduciéndose a un mínimo que no se alcanzaba desde 1961, según la Agencia EFE.
Estas circunstancias han provocado que hasta el pasado miércoles unas 830.000 personas de seis provincias diferentes hayan tenido dificultades para acceder al suministro de agua, y unas 300.000 incluso para conseguir agua potable, según la CNN. Asimismo, el Ministerio de Emergencias chino asegura que las altas temperaturas provocaron sólo en julio pérdidas económicas directas por valor de cerca de 400 millones de euros.
Monumentos sumergidos. El descenso de las aguas del río Yangtsé ha provocado, como ocurre en otras partes del mundo, que hayan emergido de sus aguas vestigios humanos ocultos durante muchos años. En este caso, la sequía ha revelado un trío de estatuas budistas que se encontraban en una isla sumergida en la ciudad de Chongqing, en el suroeste de China, que tendrían unos 600 años de antigüedad, según Reuters.
A once submerged Buddhist statue believed to be 600 years old sits on top of Foyeliang island reef in the Yangtze river, which appeared after water levels fell due to a regional drought in Chongqing, China, August 20, 2022. pic.twitter.com/tCbfmeT5df
— Dialogist (@JimBarrett) August 20, 2022
Ver 21 comentarios