El fin de las restricciones que se impusieron por el COVID-19 llevó a muchas empresas a desdecirse de sus promesas de teletrabajo para siempre, al tiempo que ordenaban a sus empleados volver a las oficinas.
Dell ha sido, sin duda, una de las empresas que ha generado un mayor caos entre sus empleados por el despliegue de sus políticas de vuelta a las oficinas. Una buena muestra de ello, es que casi el 50% de sus empleados prefiere perder su puesto que volver a las oficinas.
Cronología del culebrón de vuelta a la oficina de Dell. En febrero, Dell comenzó a presionar a sus empleados para que volvieran a la oficina, obligándoles a elegir entre un modelo de jornada híbrida de tres días semanales en una de sus oficinas, o de 100% en remoto.
Ninguna de las opciones era buena porque si elegían trabajar en remoto no podrían optar a ascensos, y si elegían ir a la oficina, es posible que no hubiera una cerca porque la empresa había vendido muchas de ellas. Por lo tanto, es posible que debieran mudarse de estado para estar cerca de las oficinas.
Controlar la asistencia con banderitas de colores. Ya en mayo y con el plan de vuelta a la oficina un poco más encarrilado, Dell instauró en su sistema de comunicación interno un sistema de banderas de colores que identificaba si el empleado que había al otro lado estaba cumpliendo con el baremo de 39 días a asistencia al trimestre (3 días a la semana) a las oficinas o estaban trabajando en remoto.
El 50% de los empleados sacan la tarjeta roja a la empresa. Según datos que publica Business Insider, cerca del 50% de los trabajadores de Dell de EEUU y el 33% de la plantilla internacional de la compañía, ha optado por permanecer 100% en remoto. Esto les impide acceder a un ascenso o a un cambio de rol dentro de la empresa.
"Mi equipo está repartido por todo el mundo. Casi el 90% del equipo hizo lo mismo, ya que en nuestro caso no había ninguna ventaja real al ir a la oficina", declaraba un empleado de Dell a Business Insider. El medio americano tuvo ocasión de hablar con una docena de empleados que dieron distintos motivos por los que optaron por permanecer en remoto
Ir a la oficina para trabajar en remoto desde allí. Una situación que confirmaban muchos empleados que habían optado por ir a las oficinas de Dell, era que se pasaban su jornada haciendo videollamadas en oficinas casi vacías, con empleados de otras oficinas repartidas por todo el mundo que también estaban medio vacías. Es decir, seguían trabajando en remoto, pero desde sus oficinas.
“La realidad del trabajo en las oficinas es bastante absurda”, afirmaba uno de los empleados que acudía a las oficinas.
Teletrabajo pese a todo. Muchos de los que eligieron acogerse a la modalidad de teletrabajo lo hicieron forzados por el cierre de las oficinas que tenían cerca de sus casas. Esto les obligaba a mudarse cerca de otras oficinas, algo que no estaban dispuestos a hacer y si eso les condenaba a un ostracismo obligado, lo asumían con gusto. "Dell cerró en 2020 las oficinas en las que trabajaba, así que no tengo una oficina a la que volver", aseguraba uno de los empleados.
A muchos, el teletrabajo les descubrió que podían hacer exactamente el mismo trabajo en casa y, además, disponer de más tiempo para la familia, amigos y ocio. “Cuanto más tiempo tengo que pasar en la oficina, menos tiempo, dinero y espacio personal tengo para todo eso. Puedo hacer mi trabajo igual de bien desde casa y tener todos esos beneficios personales también”, declararon algunos empleados al medio americano.
Los empleados confirmaban que acudir a la oficina añade un coste adicional que la empresa no compensa: “Con el salario que estamos recibiendo, un regreso a la oficina dejaría un gran agujero en nuestro presupuesto”.
Ningún incentivo para ascender. A muchos empleados, la amenaza de no acceder a ascensos si optaban por el teletrabajo les pareció absurda. “No me queda nada a lo que ascender, a menos que quiera dedicarme a la gestión de equipos, que no sería parte de mi trabajo actual”, dijo un ingeniero sénior.
Todos los obstáculos, presiones y descontento que ha generado la política de vuelta a la oficina ha hecho que muchos estén considerando buscar otro empleo y afirman que dejarán la compañía tan pronto como encuentren uno. “Antes de todo este fiasco, no habría considerado irme a otro lugar”, agregó uno de los empleados.
Si forzar la renuncia de sus empleados para abaratar la factura de despidos era el plan de Dell, parece que lo está consiguiendo, al menos en parte. Sin embargo, deberá pagar el alto coste de la renuncia silenciosa y la fuga de talento que los propios empleados afectados están narrando en tiempo real.
Imagen | Wikimedia commons (World Economic Forum), Unsplash (Chase Chappell)
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