El tabaquismo, además de representar un serio problema para la salud, también impacta negativamente en la economía Por ello, algunas empresas ya están implementando programas de apoyo para dejar de fumar, con el objetivo de evitar que sus empleados pierdan productividad al ausentarse para fumar durante las horas de trabajo.
El hábito de fumar está estrechamente vinculado a las relaciones sociales y suele asociarse a momentos específicos, como después de las comidas, al salir con amigos o al tomar un descanso para intercambiar ideas con un compañero de trabajo. En este sentido, la Ley antitabaco aprobada en 2011 abordó el hábito entre los fumadores sociales relacionados con el ocio, pero aún queda margen de mejora en el ámbito laboral.
Tabaquismo entre la población activa. Según datos del Informe OEDA laboral 2019-2020 del Plan Nacional sobre Drogas, el 35,6% de la población laboral fuma a diario en su puesto de trabajo, mientras que el 11% de los trabajadores afirma ser fumador pasivo por encontrarse expuesto al humo del tabaco en algún momento de su jornada.
El 77,5% de la población laboral entre 16 y 64 años opina que el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas en su lugar de trabajo es un problema importante. De hecho, el problema no solo afecta al riesgo de padecer cáncer u otras patologías asociadas al consumo de tabaco o al vapeo, sino que también afecta a los niveles de estrés y afecta al rendimiento y la toma de decisiones en el ámbito laboral.
Fumarse la productividad. Un informe de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) publicado en Archivos de Branconeimología, demuestra que dejar el tabaco incrementa la productividad un 4,5% de media. Los sistemas de control horarios que se impusieron con la aprobación del Real Decreto-Ley 8/2019 hizo posible cuantificar el tiempo que pierden los empleados fumadores en sus pausas para fumar.
Según un estudio del portal de empleo Jobatus, el tabaquismo de los empleados ocasiona unas pérdidas globales de 26.600 millones de euros al año en horas perdidas para fumar y 4.750 euros por empleado. De media, cada fumador emplea 9 minutos en fumar un cigarrillo, y hacen una media de cuatro pausas al día en horario laboral, lo que suponen 36 minutos menos al día.
El tabaco pone la zancadilla a la reducción de jornada. Las pausas para fumar no solo implican una pérdida de tiempo productivo en sí mismas. Con cada una de estas pausas el empleado pierde la concentración en su trabajo y no conseguirá volver a enfocarse plenamente hasta transcurridos unos minutos más.
Es decir, un empleado fumador pasa 16 días laborales al año fumando, y cobra por ello. Por ponerlo en contexto, el acuerdo de investidura para reducir la jornada a 37,5 horas semanales firmado entre Sumar y PSOE podría conseguirse empleando solo la mitad de ese tiempo.
Los fumadores son más propensos a las bajas médicas. Otro de los motivos que están llevando a las empresas a incentivar que sus empleados dejen de fumar es que los fumadores tienden a estar cuatro días de baja de media más al año que los no fumadores.
Según un estudio de la Agència de Salut Pública de Catalunya, alrededor del 3% de las incapacidades temporales de cinco días o más son atribuibles al tabaco y la tendencia va en aumento.
Los líderes fumadores son menos eficientes. El estudio Pérdida de productividad laboral atribuible al tabaquismo apunta a que el tabaquismo provoca que los directivos de las empresas tiendan a llegar a peores acuerdos en negociaciones largas por la ansiedad creada por la falta de nicotina y la necesidad de levantarse de la mesa de negociación.
Pilar Galeote, profesora de Negociación en IE Law School declaraba en El País que “La falta de tabaco en sesiones que se prolongan puede actuar como estresante de la conducta y provocar mayor alteración emocional. Esto dificulta la consecución del acuerdo y las relaciones con los otros, pero también afecta a nuestra marca personal”. Esta vulnerabilidad hace que los directivos fumadores sean más vulnerables en ese sentido y tengan tendencia a actuar de forma más emocional afectando a su liderazgo y toma de decisiones.
Dejar de fumar desde la empresa. La OMS concluye que el tabaquismo provoca 8 millones de muertes al año en todo el mundo, y 63.000 muertes anuales en España. El 21% de ellas en menores de 65 años. Esto supone un problema de salud pública de primer orden, por lo que desde la Administración se han tomado medidas aprobando el tratamiento gratuito con Todacintan para ayudar a dejar el hábito de fumar.
Por su parte, las empresas también han tomado parte en iniciativas orientadas a luchar contra el tabaquismo, sumándose a programas de entidades especializadas como Proyecto Hombreque han seguido empleados de empresas como UME, SAV, ArcelorMittal, Manufacturas Ceylan o Grupo Danone, con un éxito de entre el 65% y el 78%. La Real Federación Española de Fútbol firmó un convenio con la Asociación Española contra el Cáncer para declarar su sede espacio libre de humo y ayudar a sus empleados con cursos de deshabituación tabáquica.
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Imagen | Pexels (Andrea Piacquadio)
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