Hubo un tiempo, cuando íbamos por ahí con nuestro Nokia 5125 tamaño tubérculo colgado del cinturón y el monedero cargado de pesetas, en que lo más natural del mundo si querías pagar una cantidad más o menos abultada a un proveedor era tirar de chequera. Literalmente.
Te echabas la mano al bolsillo interior de la americana, sacabas tu talonario, escribías a boli la cantidad y demás datos que hicieran falta y luego garabateabas una firma rápida.
El gesto resultaba la mar de sofisticado, pero a medida que las transferencias online se han ido popularizando cada vez resulta más difícil asistir a esa ceremoniosa modalidad de pago. Los datos de Statista muestran que si en 2010 se realizaron en España 103,5 millones de pagos con cheque, una década después, en 2019, no llegaban siquiera a 43,5. Una caída del 58% en nueve años.
Curiosamente en las oficinas de una de las empresas referentes a escala mundial en el sector tecnológico han seguido usando cheques igual que en los 90. O al menos así ha sido hasta ahora. Ironías de la industria, la misma compañía que tantea nuevas mejoras de software mantiene un sistema de pago más propio de los primeros años de Bill Gates o Steve Jobs.
Alta tecnología... con pagos del siglo XX
Microsoft acaba de publicar un anuncio en su web oficial que poco tiene que ver con Windows 11, Edge o dispositivos Surface. El aviso, simple, conciso, advierte básicamente a sus socios comerciales de que en breve dejará de aceptar talones como forma de pago.
“A partir del 1 de octubre de 2022, Microsoft eliminará la opción de pago con cheque de las nuevas facturas comerciales”, detalla la compañía, que advierte que la medida “afecta únicamente a Estados Unidos —incluido Puerto Rico— y Canadá”. La empresa no precisa si en el resto del mundo, como Asía o Europa, también seguían aceptándose hasta ahora y continuará tramitándolos.
En el mismo comunicado los de Redmond advierten que antes del 1 de diciembre todos sus pagadores deberán actualizar sus cuentas y sistemas para adaptarlos al nuevo requisito.
Los desembolsos, aclara, deberán hacerse ahora con un sistema más acorde con 2022, como las transferencias bancarias o el conocido como sistema ACH —siglas de automated clearing house—, un intercambio electrónico de fondos entre bancos y cooperativas de crédito.
¿Las razones?
Microsoft no las precisa, pero no cuesta deducirlas.
Como recuerda The Register, el cobro mediante cheques no es tan dinámico como con las transferencias digitales: exige un procesamiento manual y los fondos no se pasan con la misma rapidez. Las ventajas de las transferencias o incluso los pagos con tarjeta explican, de hecho, que el talón haya perdido peso en el mundo de los negocios con el paso de los años, como demuestran los datos de Statistica en España o incluso los de la propia Reserva Federal de Estados Unidos.
En España, Iberplay calculaba en 2017 que se utilizaban en únicamente el 2% las operaciones de pago. Hay países de Europa que han optado incluso por decirles adiós.
Imagen de portada | Slgckgc (Flickr)
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