Si por algo se ha caracterizado Elon Musk como responsable de Twitter es su dinámica frenética de anuncios semanales sobre cuestiones comerciales, editoriales e incluso de cocina interna —a nivel laboral— de la red social. Desde que tomó las riendas de la empresa ha proclamado la “libertad” del pájaro azul, anunciado un consejo de moderación de contenidos, aplicado un profundo recorte de personal, activado y desactivado su servicio de suscripción Twitter Blue y experimentado con el código de verificación de cuentas. Todo con opiniones a golpe de tuit y desde su propio perfil.
Ahora, cuando la plataforma se llena de mensajes de despedida y el propio Musk bromea con la muerte de una compañía que acaba de comprar por 40.000 millones de dólares, el magnate ha vuelto a sentarse para teclear otro anuncio desde su cuenta. El enésimo. Y de calado.
El último mensaje de Musk se centra en “la nueva política de Twitter” y plantea una consigna clara: “Libertad de expresión, pero no libertad de alcance”. ¿En qué se traduce eso en la práctica? En que aquellos mensajes que se consideren inapropiados se encontrarán con ciertas cortapisas. “Los tuits negativos/de odio serán neutralizados y desmonetizados al máximo, por lo que no habrá anuncios ni otros ingresos para Twitter”, ha avanzado el multimillonario desde su cuenta, fiel a su estilo.
"Vox Populi, Vox Dei"
El anuncio avanza la intención de la compañía y sus esfuerzos por encontrar un equilibrio entre la carta blanca editorial que siempre ha defendido Musk —un autoproclamado “absolutista de la libertad de expresión”— y la necesidad imperiosa de evitar que la plataforma se convierta en “un infierno”, lo que, entre otras cuestiones, podría afectar a su capacidad para generar ingresos. Grandes firmas, como General Motors, L´Oreal, Audi o Mondelez, entre otras, han decidido pausar su inversión publicitaria en la red a la espera de hacia donde soplan los vientos en "la era Musk".
Más allá de deslizar esa predisposición, el tuit deja sin embargo ciertas dudas sobre la mesa. La principal es cómo se sustanciará en la práctica esa “nueva política” y la diferencia entre “libertad de expresión” y “de alcance”. Musk usa la palabra “deboosted”, lo que no clarifica del todo cómo afectará a su visibilidad en la plataforma. El empresario solo ha deslizado que el tuit no se encontrará “a menos que se busque específicamente”, lo cual, explica, “no es diferente del resto de Internet”.
Otra de las principales incógnita es qué clase de contenidos se enmarcarán en la categoría de “tuits negativos/odio” a la que Musk hace referencia en su anuncio y si en ella se enmarcarán los mensajes que promuevan la desinformación o la propagación de bulos. “Tenga en cuenta que esto se aplica solo al tuit individual, no a toda la cuenta”, zanjaba poco después el también dueño de Tesla.
New Twitter policy is freedom of speech, but not freedom of reach.
— Elon Musk (@elonmusk) November 18, 2022
Negative/hate tweets will be max deboosted & demonetized, so no ads or other revenue to Twitter.
You won’t find the tweet unless you specifically seek it out, which is no different from rest of Internet.
Reinstate former President Trump
— Elon Musk (@elonmusk) November 19, 2022
No es el único mensaje que ha lanzado Musk, quien ha avanzado la recuperación de tres cuentas que habían sido suspendidas por diferentes razones: la de la humorista Kathie Griffin, el polémico escritor Jordan Peterson y la publicación satírica conservadora 'The Babylon Bee'. La primera se había hecho pasar por el propio Musk, el segundo por sus comentarios sobre el actor trans Elliot Page y la tercera por mensajes similares sobre la mujer transgénero Racahel Levine.
La decisión que todavía no se ha adoptado, reconoce Musk, es qué hacer con la cuenta del expresidente de EEUU, suspendida también en enero de 2021 tras los incidentes de la toma del Capitolio. “La decisión de Trump aún no se ha tomado”, aclara el magnate antes de publicar una encuesta sobre la posibilidad de recuperar la cuenta del líder republicano. A primera hora del sábado superaba ya los siete millones de votos y la opción del “sí” ganaba con un respaldo del 53,6%.
"Vox Populi, Vox Dei", tuiteaba tras colgar la consulta.
A finales de octubre, poco después de aterrizar en las oficinas de Twitter con un lavabo entre los brazos, Musk había anunciado la creación de un "consejo de moderación de contenidos" con "puntos de vista muy diversos" y al que, aseguraba, se escucharía antes de tomar "decisiones importantes".
Imagen: Evan Agostini/AP
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