De las muchas industrias que se han visto afectadas por la situación actual del COVID-19, si hay una que ha sufrido es la del turismo. Y, en consecuencia, empresas que viven esencialmente de ello como es el caso de Airbnb. "Los viajes como los conocíamos se han acabado", asegura el CEO de la compañía en una nueva entrevista concedida a CNBC. A pesar de todo, Brian Chesky no lo da todo por perdido.
Unas semanas atrás Airbnb hizo su mayor recorte desde su fundación y uno de los más importantes en la industria tecnológica durante esta pandemia. Casi 2.000 empleados fueron despedidos, lo que suponía el 25% de la plantilla aproximadamente. Así mismo, centraron su negocio y recortaron en cosas no esenciales para sobrevivir durante esta temporada, por ejemplo en marketing y publicidad. Ahora falta ver si eso fue suficiente.
Promete que no habrán más recortes aparte del ya hecho. Con un recorte en gastos de mil millones de dólares, dicen estar preparados para uno, dos, tres o los confinamientos que vengan. Las prohibiciones a nivel mundial para viajar a causa de los confinamientos han provocado que Airbnb como empresa vea su negocio tambalearse más que nunca, según indica su CEO: "Pasamos 12 años construyendo negocios en Airbnb y perdimos casi todo en cuestión de cuatro a seis semanas".
Las predicciones de Airbnb para un mundo post-COVID-19
El directivo de Airbnb confía en que los viajes van a volver tras estos meses, porque a pesar de que los viajes hayan finalizado como los conocíamos, "no significa que los viajes hayan terminado". Según prevé la empresa de alojamiento temporal, se producirá una redistribución de dónde viajan los turistas. Por ejemplo, estiman que se dejará de viajar tanto a grandes ciudades y destinos turísticos para apostar más por ciudades cercanas que no impliquen coger un avión o cruzar fronteras.
Además de más turismo local, Brian Chesky cree que Airbnb podría beneficiarse del crecimiento del trabajo en remoto, con personas capaces de trabajar desde cualquier lugar o propiedad. "Creo que más personas van a trabajar de forma remota y el trabajo desde casa también podría ser trabajo desde cualquier hogar", dijo.
Sean o no estas predicciones ciertas, Airbnb también tendrá que lidiar con ganarse la confianza de los clientes. Clientes que van a buscar sitios especialmente limpios y que querrán garantías de que se trata de lugares seguros para alojarse. Unos requisitos que, a primera instancia, un hotel puede prometer con más facilidad.
Vía | Riley de León
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