En los peores momentos de la pandemia, muchas empresas de todo el mundo utilizaron el teletrabajo como medio para continuar su actividad económica. Tras el final de los confinamientos y el alivio de las restricciones, numerosas firmas decidieron volver al modelo presencial anterior. Sin embargo, el trabajo a distancia ya había demostrado su capacidad: aumento de la productividad y los ingresos de las empresas, mejora del bienestar de los trabajadores, reducción de la huella de carbono, etc.
Cambios estructurales. Paralelamente, el teletrabajo ha tenido otros efectos. Por ejemplo, en Estados Unidos se ha producido un movimiento migratorio de teletrabajadores que han abandonado las grandes ciudades para mudarse al extrarradio, aumentando así el precio de la vivienda en estos suburbios y haciendo disminuir el valor de las oficinas donde solían trabajar.
Ahora, un estudio revela otro efecto que el trabajo a distancia ha tenido, también, en el país norteamericano durante la pandemia: el aumento de la tasa de natalidad entre las parejas que teletrabajaron.
Más probabilidades de gestar un bebé. Según un estudio publicado recientemente por Economic Innovation Group, el trabajo a distancia aumentó la probabilidad de que las mujeres con régimen completo o parcial de teletrabajo decidieran tener un bebé (16,7%) en comparación con las mujeres que no disponían de esa opción (13,7%).
El nivel de renta, clave. La investigación, que analizó una muestra de 3.000 mujeres estadounidenses proporcionada por el informe Demographic Intelligence Family Survey, señala que a mayor nivel económico de las teletrabajadoras, mayor era probabilidad de que éstas tuvieran un bebé respecto a las teletrabajadoras con menos renta y a las trabajadoras presenciales.
Economía y probabilidad. En este sentido, el informe elaborado por el demógrafo Lyman Stone y el economista Adam Ozimek indica que las mujeres con régimen de teletrabajo parcial o total, cuya situación económica mejoró mucho durante la pandemia, tenían un 29,5% de probabilidades de tener un bebé, mientras que este porcentaje era del 17,5% entre las mujeres que también vieron mejorada notablemente su economía personal, pero que no disponían de teletrabajo.
Un dato interesante. Por otro lado, las mujeres que tenían la opción de teletrabajo y cuya situación económica ha empeorado mucho durante la pandemia tenían más probabilidades de tener un hijo (10,5%) que las mujeres que también sufrieron un empeoramiento de su economía personal y que no trabajaban desde casa (7%). En el caso de las mujeres cuya situación financiera se mantuvo igual, las probabilidades de gestar un bebé (superior al 11%) fueron las mismas tanto si trabajaban en casa como presencialmente.
Relación entre la edad y el teletrabajo. Paralelamente, el informe indica que para las mujeres entre los 18 y los 34 años, el teletrabajo no fue un elemento determinante en sus intenciones de gestar un bebé. Sin embargo, el trabajo a distancia incrementó las probabilidades de tener un embarazo en las mujeres con 35 años o más. En este sentido, las probabilidades en mujeres de entre 35 y 39 años que teletrabajaban eran del 40,7%, mientras que para las mujeres con la misma franja de edad y que no teletrabajaban, eran del 29.9%.
En el caso de las teletrabajadoras de entre 40 y 44 años, ese porcentaje fue del 33%, mientras que en el de las trabajadoras presenciales de la misma franja de edad fue del 13,4%.
Las madres de más de dos hijos. Adicionalmente, la investigación señala que el teletrabajo contribuyó a aumentar las intenciones de tener un bebé en aquellas mujeres que eran madres de dos o más hijos. Por el contrario, en el caso de las mujeres que no tenían hijos o que sólo tenían uno, el trabajo a distancia no modificó sus intenciones de gestar un bebé.
El teletrabajo favorece el amor. Por otro lado, el informe señala el teletrabajo aumenta los casamientos. En este sentido, los datos indican que la probabilidad de que una pareja de teletrabajadores se casara era superior (22%) en comparación con las parejas que trabajaban presencialmente(15,7%). Una de las posibles explicaciones de este fenómeno, según los autores, es que la flexibilidad geográfica del teletrabajo ha permitido a las parejas reubicarse y vivir juntas. Ello, según los autores, podría aumentar los niveles de natalidad a largo plazo.
¿Solución al invierno demográfico? Además, los autores creen que el teletrabajo podría convertirse en una herramienta para aquellos gobiernos interesados en aumentar sus niveles de natalidad. Por otra parte, esta idea de que el trabajo a distancia puede ser una medida interesante para combatir el invierno demográfico fue señalada por un informe publicado por el National Bureau of Economic Research en octubre de 2022.
Finalmente, el informe publicado por el Economic Innovation Group avisa del impacto negativo que la vuelta a la oficina puede tener en la tasa de fertilidad. Quién sabe si, en el futuro, la principal razón para teletrabajar será demográfica.
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