Hace unos meses comentábamos que Arabia Saudí apostaba a lo grande por la obtención de hidrógeno, es decir, por la producción de este combustible para exportarlo. Si el principal gigante a nivel mundial del petróleo le hace ojillos a una fuente de energía renovable será por algo, y ahora Kazajistán le hace la competencia con un proyecto para lograr producir 3 millones de toneladas de hidrógeno verde al año.
El proyecto en realidad corre a cargo de la empresa alemana Svevind y se trata de la construcción de una gigantesca planta eólica en las bastas estepas del Kazajistán. De hecho, evidentemente la elección de la ubicación no es al azar y el país ofrece lo que consideran un emplazamiento muy conveniente para este gran proyecto.
El pantone del hidrógeno
En Xataka hablamos hace pocos meses sobre el hidrógeno verde a fondo. A modo de resumen muy, muy a grandes rasgos, el hidrógeno no está disponible de forma libre en el medio ambiente (lo vemos, por ejemplo, en agua -H₂O- o en gas metano -CH₄-), por lo que necesita unos procesos de obtención (que gastan energía y generan dióxido de carbono). Según el origen y la cantidad de CO₂ liberado durante su generación, el hidrógeno se define como:
- Hidrógeno marrón: se obtiene a través de la gasificación del carbón y durante su producción se libera CO₂.
- Hidrógeno gris: a partir del reformado de gas natural. Para producir una tonelada de este hidrógeno se emiten de 9 a 12 toneladas de CO₂.
- Hidrógeno azul: se genera también a partir del reformado de gas natural, pero parte o el total de las emisiones de CO₂ se evitan mediante un sistema de captura de carbono. Después, éste puede ser utilizado.
- Hidrógeno verde: se obtiene a partir de la electrólisis del agua utilizando electricidad procedente de fuentes renovables o a partir de biogás aprovechando residuos de ganadería, agricultura y/o urbanos.
El proceso para generar hidrógeno verde consiste en corriente eléctrica para descomponer agua (H₂O) en oxígeno (O₂) e hidrógeno (H₂), lo cual en realidad es sencillo, pero como también dijimos el reto está en hacerlo de forma competitiva, para lo cual habría que desarrollar electrolizadores con una tencología eficiente y escalable. De hecho, el hidrógeno verde es el más caro, si bien se espera que el precio vaya reduciéndose de la mano de la reducción de costes de las energías renovables y los electrolizadores.
Aspirando a ganar a las grandes titanes del momento
De toda esa paleta, como anticipábamos al inicio, el proyecto de Svevind se basa en la obtención de 45 gigavatios de energía solar y eólica. Esta energía será la que se usará para producir esos casi tres millones de toneladas de hidrogeno verde en un año, según el comunicado.
La ambición de la compañía alemana impone esta promesa, superando los 600.000 millones de toneladas que se esperan en la proyectada en Brasil, por lo que quizás le arrebata ese título de mayor planta de producción de hidrógeno verde del mundo que ya se disputan las dos, aún en estatus de proyecto. Desde luego, la capacidad de ambas será mayor que la planta más grande del mundo en la producción de hidrógeno verde ([Air Liquide en Canadá) o la principal planta de Europa, en España.
La elección de Kazajistán, como decíamos, es totalmente intencionada. Combina grandísimas extensiones con una baja densidad de población (siete personas por kilómetro cuadrado). De ahí que aunque no sea el sitio más ventoso, esperan que sea un terreno propicio.
Así que veremos qué tal queda la monstruosa instalación en el mapa dentro de unos cinco años. En cuanto a ganar en producción de hidrógeno verde, de momento es Australia la primera y Alemania queda en tercer lugar, veremos quién gana cuando estos proyectos se acaben de hacer y, sobre todo, si el hidrógeno verde sigue siendo lo conveniente que parece (y baja de precio).
Imagen | Svevind
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