La crisis energética en la que estamos sumidos no está dejando únicamente su huella en la macroeconomía global; también está poniendo contra las cuerdas el bolsillo de muchos usuarios. Durante los últimos meses el precio de la electricidad y el gas no nos ha dado ninguna alegría, y por mucho que nos esforcemos para otear el horizonte nada parece indicar que este panorama vaya a cambiar. Al menos a corto y medio plazo.
Uno de los organismos oficiales bajo cuyo paraguas reside la responsabilidad de implementar estrategias que nos permitan superar este enorme desafío es la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Recientemente ha publicado un informe en el que plantea tres escenarios posibles, y todos ellos tienen algo en común, más allá del desarrollo de las renovables: la energía nuclear adquiere un mayor protagonismo que el que tiene actualmente.
La AIE propone duplicar la producción de energía nuclear antes de 2050
Esta declaración de Fatih Birol, el director ejecutivo de la AIE, resume bastante bien el momento en el que estamos: "Los mercados y las políticas energéticas no solo han cambiado en el momento actual; también lo harán durante las próximas décadas". Es evidente que la guerra de Ucrania ha obligado a muchos países, y especialmente a los integrados en la Unión Europea, a replantearse profundamente su política energética. Lo que no está tan claro por el momento es cuál es el camino a seguir.
Aun así, en su informe la AIE defiende que en la coyuntura actual la energía de origen nuclear debería incrementar su peso específico. Es más, plantea que su producción debería duplicarse de aquí a 2050 para dar una respuesta eficaz a nuestras futuras necesidades energéticas. Y argumenta que es posible hacerlo esbozando tres escenarios diferentes.
El escenario STEPS requiere que se sumen 420 GW adicionales de aquí a 2050 en 30 países
El primero de ellos se conoce como STEPS (Stated Policies Scenario), y a grandes rasgos propone que la producción de energía de origen nuclear se incremente hasta los 3.351 TWh en 2030, y a 4.260 TWh en 2050. Las renovables también incrementarían perceptiblemente su presencia en el mix energético, por lo que la energía nuclear mantendría su 10% de cuota actual. Eso sí, este escenario requiere que se sumen 420 GW adicionales de aquí a 2050 en 30 países.
El segundo escenario se conoce como APS (Announced Pledges Scenario), y plantea que la producción de energía nuclear pase a ser de 3.547 TWh en 2030, y de 5.103 TWh en 2050. Al igual que en el escenario anterior esta forma de energía mantendría su 10% de cuota actual en el mix energético. Por último, el escenario NZE (Net Zero Emissions by 2050) es el más ambicioso debido a que propone duplicar la producción nuclear de aquí a 2050.
Hacerlo posible requiere, por un lado, prolongar la vida operativa de los reactores nucleares actuales, pero también exige incrementar la producción de energía nuclear una media de 24 GW al año entre 2022 y 2050. Este ritmo de crecimiento representa una producción de 5.810 TWh en 2050, por lo que sería necesario poner en marcha nuevas centrales nucleares que deberían contribuir al mix energético de los países con una mayor demanda de electricidad.
Según la AIE estos escenarios permitirán reducir la proporción de combustibles fósiles en el mix energético global como mínimo en un 20% en el año 2050
Según la AIE estos escenarios permitirán reducir la proporción de combustibles fósiles en el mix energético global como mínimo en un 20% en el año 2050, pero también plantean algunas dudas que no debemos pasar por alto. La más evidente consiste en que estas estrategias entran en conflicto con el itinerario energético contrario a la proliferación de la energía nuclear por el que abogan algunos países, como España o Alemania. Y aún no está claro que su política energética vaya a dar un bandazo tan abrupto.
Además, poner en marcha una nueva central nuclear no es barato. Y tampoco puede hacerse de un día para otro. Para poner su coste en perspectiva podemos echar un vistazo al de dos de las instalaciones nucleares que están actualmente en construcción. Hinkley Point C, en Reino Unido, costará unos 23.000 millones de euros, y el tercer reactor de Flamanville, en Francia, acumula un coste de 19.000 millones de euros.
En su informe la AIE apuesta por los reactores nucleares compactos y modulares SMR como un recurso necesario para llevar a buen puerto estos tres escenarios. Y sí, no cabe duda de que representan una opción muy interesante porque, sobre el papel, son mucho más baratos, más seguros, y también se pueden instalar en mucho menos tiempo que una central nuclear convencional.
El SMR-160 de Holtec, que es uno de los reactores SMR que ya está preparado para iniciar su explotación comercial (le falta obtener la licencia de los organismos que supervisan las instalaciones nucleares), entrará en servicio en 2029, y costará unos 1.000 millones de dólares por reactor. Además, según Holtec tiene una vida útil de al menos 80 años, y se podrá extender hasta los 100 años. Suena bien, pero todas estas bazas deben necesariamente consolidarse en un escenario de uso real. La teoría no basta. Ya veremos qué sucede.
Imágenes: Foro Nuclear
Más información: AIE | Foro nuclear
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