Ayer, a las nueve de la mañana, el megavatio hora en España costó 88 euros. No es un dato aislado, el mes de enero va camino de situarse en precios que no se había visto desde el año 2008. Y todos los expertos coinciden en que no parece que esto vaya a ir a mejor.
Si los costes de la luz se mantienen como hasta ahora la factura será un 30% más cara que el año pasado y un 6% más cara que la de diciembre. Sin acabar de creérnoslo del todo, nos hemos puesto a investigar por qué este enero la luz vale su peso en oro.
¿Cuánto ha subido el precio de la electricidad?
En lo que llevamos de enero, la media del megavatio/hora está en 65 euros. Es decir, un 8'3 por ciento más caro que la cifra con la que cerró el mercado en diciembre. ¿Por qué? Fundamentalmente porque los resultados de la subasta energética han sido muy malos (para el consumidor final). Ayer el precio máximo fueron 88 euros, pero es que la media del día se quedó en 75,28 euros.
Llevamos tres días con el precio de la electricidad en máximos. Y según los expertos, es lo que nos espera a medio plazo. Los mercados de futuros (lugares donde se 'mercadea' con el precio futuro de la electricidad) estiman que los costes irán bajando progresivamente hasta abril y, posteriormente, volverán a subir. Si llevan razón, el precio de las próximas semanas se quedará entornos a los 68 euros. Es decir, casi el doble de lo que valió el año pasado (36 euros).
Esto es importante porque este precio es prácticamente un tercio de lo que se paga cada mes. Teniendo en cuenta los costes fijos, a no ser que ocurra un milagro energético, la captura quedará un 6% más cara que la de diciembre.
¿Qué está pasando en el mercado de la luz?
Hay tres grandes factores que influyen en esta subida del precio de la luz: la escasez de energías renovables, la subida de los precios del petróleo y un diseño institucional que hace que en una coyuntura como ésta el precio de la luz no pueda contenerse.
Las renovables están desaparecidas en combate
Porque, efectivamente, el gran problema del encarecimiento de la factura se llama "energías renovables". Las energías renovables llevan desaparecidas en las últimas semanas. No es culpa suya, claro: sin lluvia ni vientos fuertes, las energías hidráulicas y eólicas están bajo mínimos.
Como hemos explicado otras veces, las energías renovables tienen un papel fundamental en la determinación del precio final de la energía. En la gran subasta energética, todas las fuentes de energía se ordenan por precio y se van usando según las necesidades del momento. El precio final, por tanto, lo determina el precio del último megavatio hora que es necesario para cubrir la demanda.
Tanto la energía nuclear como las renovables entran a precio cero. Como la cantidad de energía nuclear es muy estable, conforme baja la cantidad de energía renovable se hace necesario recurrir energías más caras y más sucias (fundamentalmente, el carbón o los ciclos combinados).
Esto es lo que está pasando: en lo que llevamos de mes, la energía renovable solo ha podido cubrir un 30% de las necesidades totales. Muy lejos del 55% que cubrió en mayo del 2016. Y esto ha hecho que tengamos que recurrir directamente al petróleo y al carbón.
La geopolítica de la energía
Pero no era tan sencillo como parecía. Durante estas semanas, Francia ha sufrido una serie de temporales que ha obligado a pausar sus plantas nucleares. Hace un par de meses, se vio obligada a parar casi 20 de las 58 que tienen por problemas de seguridad y eso conllevó una subida directa de casi un 6% en el precio español.
En estas circunstancias, Francia también tiene que recurrir al carbón y el petróleo para producir energía. Y, sumado al acuerdo de la OPEP de hace poco más de un mes, que los precios de los combustibles fósiles hayan repuntado. Este es uno de los factores que, al ir suavizándose, moderará el precio hasta abril.
"No podemos cambiar el sistema"
Este es el último problema. El propio ministro ha explicado que tienen muy poco margen de maniobra porque las bases del sistema de la subasta eléctrica dependen directamente de la normativa europea. Eso, según explicaba Álvaro Nadal, limita mucho las opciones del ejecutivo.
Los expertos no se ponen de acuerdo en la verdadera capacidad del Gobierno para crear un sistema capaz de ofrecer unos precios competitivos en un entorno donde los oligopolios son tan fuertes. Pero lo que es cierto es que tras las distintas 'reformas' energéticas que hemos visto (y sufrido) en los últimos años aún no hemos dado con un mecanismo que asegure el suministro y, a la vez, impulse la más que necesaria transición energética.
Imágenes | ESI África, Lablascovegmenu
Ver 58 comentarios