Luz verde para la reforma del mercado de la electricidad de la Unión Europea. El Consejo Europeo finalmente ha aprobado esta profunda remodelación para intentar desvincular el precio de la luz del coste de los combustibles fósiles, como el gas ruso, que tanto ha condicionado a Europa en los últimos años.
España logra poner de acuerdo (por la mínima) a Francia y Alemania. Con la excepción de Hungría, todos los países de la Unión Europea han votado a favor de modificar el sistema energético europeo. No ha sido fácil, pues pese al consensuado objetivo de estabilizar los precios se ha tenido que poner de acuerdo a dos grandes potencias como son Francia y Alemania, con dos visiones muy distintas debido a la energía nuclear y su impacto en los precios.
Tras siete meses de negociación y coincidiendo con la presidencia española del Consejo de la UE, se ha procedido a aprobar esta reforma, que deberá ahora ser implementada por el Parlamento Europeo. "Hemos logrado un acuerdo que habría parecido inimaginable solo hace un par de años", explica Teresa Ribera, ministra en funciones para la Transición Ecológica de España. "Me vais a permitir que os agradezca y os aplauda a todos por vuestro espíritu constructivo".
Lo que no se consiguió en junio bajo la presidencia sueca, que aplazó el debate, sí se ha conseguido ahora. Es un paso importante, pues las dos grandes economías de la Unión Europea parecen haber encontrado un punto en común para avanzar en la reforma, aunque sea con concesiones pequeñas.
Los contratos por diferencia. El mecanismo acordado son los contratos bidireccionales por diferencia (CfD): "el productor vende la electricidad en el mercado, pero después liquida con la entidad pública la diferencia entre el precio de mercado y el precio de ejercicio previamente acordado. Todo excedente de ingresos se devuelve a los consumidores".
Estas ayudas serán de uso obligatorio, salvo excepciones, para los contratos a largo plazo con participación de financiación pública. Es decir, una fuente continua de ingresos por parte de los Estados para financiar determinadas fuentes de energía. Al ser a largo plazo, ayudarán a que los precios de la energía sean más estables.
Ventaja competitiva para Francia. Estos contratos por diferencia se aplicarán a "las inversiones en nuevas instalaciones de generación de electricidad que utilicen energía eólica, energía solar, energía geotérmica, energía hidroeléctrica sin embalse y energía nuclear".
Y aquí es donde entra en juego Francia, pues la energía nuclear también se beneficiará de estos contratos por diferencia. Una ayuda adicional a la energía nuclear, y por ende a Francia, que desde el punto de vista alemán se teme que pueda dañar su competitividad.
Alemania se guarda el as de la revisión. La "constructiva" reunión entre el presidente francés, Emmanuel Macron y el canciller alemán, Olaf Scholz, ha servido para aliviar la tensión y acercar posturas. Los dos se pusieron un plazo de un mes para alcanzar un acuerdo en asuntos de materia energética, entre otros, y ahora vemos los primeros resultados.
Desde Francia se ve como una victoria. Agnès Pannier-Runacher, ministra de Transición Ecológica francesa, explica que es una triple victoria por "los consumidores, la inversión en renovables y la preservación de la nuclear francesa".
Por parte de Alemania se tiene el hecho de que el acuerdo sobre los contratos por diferencia no se aplicará automáticamente para todos los casos. En algunos, como en ciertas plantas nucleares, se deberá obtener el visto bueno de la Comisión Europea para obtener las ayudas. Es decir, Francia no tendrá ayudas de manera inmediata a toda su industria nuclear, sino solo a aquellas que se considere que realmente repercuten en beneficio de toda Europa.
Los CfD deberán "garantizar que cualquier redistribución de ingresos no cree distorsiones indebidas de la competencia y el comercio en el mercado interior".
Con matices, pero la nuclear está ganando la batalla. La cruzada de Macron está funcionando. Como ya ocurrió en julio de 2022, cuando el Parlamento Europa incluyó la energía nuclear como "energía verde", este acuerdo del Consejo de Europa repite los mismos argumentos.
Las ayudas para la nuclear solo podrán darse cuando en estas centrales se haya alargado su vida útil y se haya logrado incrementar su capacidad de producción. Esto es, cuando la central nuclear esté siendo renovada para ser más eficiente y sostenible. Es el mismo criterio que se utilizó con la taxonomía de etiqueta verde.
Aunque sea cumpliendo determinados criterios, la nuclear está consiguiendo ser incluida en los grandes planes europeos. Una vez aprobado por el Consejo de Europa, el siguiente paso son las negociaciones para su implementación. Si todo sigue lo previsto, en 2024 el mercado energético europeo será remodelado profundamente para las siguientes décadas.
Imagen | Timo Volz
En Xataka | En plena crisis energética, Europa asiste al "renacimiento" de una energía defenestrada: la nuclear
Ver 15 comentarios