"A pesar de las dificultades que ha supuesto la pandemia de covid-19, la primera oleada de imágenes ha sido un éxito", decían desde la Agencia Espacial Europea. De hecho, como señalaba Daniel Müller, del proyecto Solar Orbiter, los resultados han sido mucho "mejor de lo esperado". Es una buena manera de describir lo que son las imágenes más cercanas que nunca hemos tomado del Sol: a solo 77 millones de kilómetros del él. Como preveíamos, la misión ha conseguido dejarnos sin aliento.
Se tratan solo de las primeras pruebas de los diez instrumentos que lleva a bordo la Solar Orbiter, un primer paso de cara a 2021 cuando la misión europea se acercará aún más al Sol, hasta los 52 millones de kilómetros. Sin embargo, los resultados van más allá de unas fotos espectaculares. Los científicos de la ESA han encontrado numerosas erupciones solares cerca de su superficie. Una especie de "fulguraciones solares" en miniatura que revelan que la superficie del sol es mucho más activa de lo que podría parecer a simple vista.
España en la búsqueda de los secretos solares
En Solar Orbiter, España ha tenido un papel muy destacado en la creación de dos de los diez instrumentos que viajan a bordo de la nave. Por un lado, la Universidad de Alcalá de Henares ha coordinado el Detector de Partículas Energéticas (EPD), que mide la composición y la distribución de las partículas energéticas del Sol en las inmediaciones de la nave. Por otro lado, el Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada trabaja en la Cámara de Imagen Polarimétrica y Heliosísmica (PHI) que proporcionará mediciones de disco completo y en alta resolución del campo magnético solar.
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