Tres enigmas científicos. La formación de cúmulos de galaxias, la composición química del universo y los extremos del espacio-tiempo. Esto es lo que intentará abordar el nuevo telescopio espacial XRISM de la Agencia de Exploración Espacial de Japón (JAXA) desarrollado en conjunto con la NASA, la ESA y decenas de otras instituciones.
Cuando de explorar el universo se trata, los seres humanos podemos hacer cosas increíbles. Gracias a proyectos como el del Hubble, el Fermi o el James Webb hemos conseguido conocer mejor el universo en el que vivimos, pero la lista de preguntas por responder es tan extensa que necesitamos nuevas herramientas de exploración.
El sucesor de Hitomi, listo para la acción
XRISM viene a ocupar un lugar muy importante para todos los amantes del espacio, tanto científicos como aficionados. Se trata de una misión que busca recuperar las posibilidades perdidas con el fallo de Hitomi, una misión de observación espacial lanzada en 2016 que finalizó prematuramente tras una serie de problemas en el control de altitud.
Hitomi había sido diseñado para estudiar la estructura a gran escala del universo, así como la distribución de la materia oscura dentro de los cúmulos de las galaxias, la materia en campos gravitacionales y los rayos cósmicos. Los errores de la misión de rayos X, la sexta de la JAXA, sentaron las bases para la misión que acaba de sucederle.
Si bien XRISM tiene dos instrumentos menos que Hitomi, el telescopio intentará abordar algunos de los pendientes científicos de este último en los campos astronómicos de la luz visible y no visible. Por un lado tenemos el instrumento Resolve, que es un espectrómetro que mide la energía de los rayos X que impactan sobre una matriz de 6 x 6 píxeles.
"Resolve aprovecha las tecnologías desarrolladas para misiones de rayos X anteriores como Suzaku e Hitomi", dice Lillian Reichenthal, directora general del proyecto XRISM de la NASA en Centro de Vuelo Espacial Goddard. "Representa la culminación de años de trabajo colaborativo entre JAXA, NASA y otros socios de todo el mundo".
Por otro lado tenemos a Xtend, un instrumento complementario de Resolve que dará al telescopio espacial un campo de visión enorme, el más grande de todos los observatorios de rayos x lanzados hasta la fecha, observando un área aproximadamente un 60% más grande que el tamaño aparente promedio de la Luna llena.
Los dos instrumentos funcionan en combinación con el conjunto de espejos XMA (X-ray Mirror Assembly) diseñado y desarrollado por el centro Goddard. Cada XMA tiene cientos de piezas de aluminio ensambladas en círculo, así que tenemos más de 3.200 segmentos en cada espejo para capturar la luz visible, infrarroja y ultravioleta.
Recordemos que en el universo encontramos objetos capaces de emitir o reflejar luz en forma de radiación electromagnética, pero nuestros ojos solo pueden percibirla en un rango limitado. Aquí, precisamente, es donde entra en juego el espectro visible (como la luz que refleja una naranja) y el invisible (como fuentes cósmicas de gas caliente).
Desde la ESA señalan que la contribución europea a la misión ha consistido en tubos de calor de bucle para el instrumento Resolve, un rastreador de estrellas (para orientar al telescopio espacial), dos sensores de aspecto geomagnético (para medir el campo magnético de la Tierra) y tres sistemas magnéticos (para la orientación respecto al campo magnético terrestre).
El lanzamiento de XRISM había sido programado para este domingo, pero la Agencia de Exploración Espacial de Japón ha decidido posponerlo por causas climáticas. El próximo 15 de septiembre se hará un nuevo intento. Una vez que esté en orbita, al igual que hizo el James Webb hace meses, el observatorio espacial iniciará un proceso de meses de duración para calibrar sus instrumentos y alcanzar la temperatura necesaria su funcionamiento.
Uno de los aspectos más interesantes de este proyecto es que una vez que empiece a recopilar datos, científicos de diferentes partes del mundo podrán acceder a ellos para realizar sus propias investigaciones. Además, prometen sus responsables, tendrán la oportunidad de proponer observaciones para mejorar su trabajo.
Estamos viviendo tiempos muy emocionantes a nivel de exploración espacial. Mientras que las sondas Voyager 1 y 2 siguen dando batalla más allá de nuestro sistema solar, en Tierra seguimos trabajando en misiones para estudiar el cosmos, como la sonda Parker que viaja hacia el Sol, y el Telescopio Nancy Grace Roman, que está en camino.
Imágenes: JAXA/NASA
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