Hace unos días surgió una pregunta en el subreddit de Askscience: ¿seríamos capaces de ver las sondas Voyager si estuviéramos allí, a su lado, a tanta distancia del Sol? La respuesta es tan concisa como sorprendente: no solo seríamos capaces de verlas, sino también de leerles un cuento con la luz que les llega del Sol.
Las naves espaciales más distantes. Lanzadas en 1977, las prodigiosas sondas Voyager 1 y Voyager 2 son los objetos creados por humanos que más lejos han llegado. Viajando en direcciones distintas, la Voyager 1 y la Voyager 2 se encuentran desde hace años en el espacio interesar, a 24.000 millones de kilómetros y 20.000 millones de kilómetros del Sol, respectivamente.
Se conoce como "espacio interestelar" a una región del espacio que está más allá de la influencia del viento solar, donde la fuente principal de partículas cargadas es el plasma interestelar. Existen otras misiones en el espacio interestelar, como Pioneer 10 y Pioneer 11, pero no están tan alejadas como las Voyager. Particularmente la Voyager 1, que en términos astronómicos se encuentra a 160 UA del Sol (donde 1 UA es la distancia de la Tierra al Sol).
Tan iluminadas como una noche de luna llena. Para calcular la cantidad de luz que llega a las Voyager, hay que saber que la intensidad de la luz es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia a la fuente de luz. Si la Voyager 1 está a 160 UA del Sol, la intensidad de luz que llega a la sonda es de (1/160)^2 o aproximadamente 25.000 veces menos que el brillo de un día soleado en la Tierra. Traducido al Sistema Internacional, 4 lux en vez de 100.000 lux.
Suena muy oscuro, pero es 15 veces más luz de que la que recibe la Tierra en una noche despejada de luna llena. ¿Has estado en el campo una noche de luna llena? ¡Se puede leer un libro con esa luz! Y por descontado, podríamos ver la sonda Voyager si estuviéramos a su lado.
Aunque tal vez no podríamos ver sus colores. Con ese nivel de iluminación, definitivamente podríamos ver en detalle el lado de las sondas que mira hacia el Sol. Pero como ocurre en una noche de luna llena, una cosa es distinguir objetos y otra distinguir sus colores.
Tanto la Voyager 1 como la Voyager 2 son bastante brillantes por su cuerpo de aluminio, pero 4 lux podría no ser suficiente para que nuestra retina perciba correctamente sus colores, explica el astrofísico Michael Zemcov del Instituto de Tecnología de Rochester.
Aún podremos ver las Voyager dentro de 100 años. Según Zemcov, las Voyager seguirán estando iluminadas mucho tiempo, posiblemente cientos o incluso miles de años, ya que la esfera de influencia del Sol es excepcionalmente grande.
De hecho, ni siquiera se considera que las Voyager hayan salido del sistema solar, puesto que siguen bajo la atracción gravitatoria del Sol, que se extiende mucho más allá del espacio interestelar cercano. Las sondas Voyager, por muy lejos que estén, apenas han llegado a alejarse de nosotros en el universo.
Imagen | NASA
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