A finales de este mes contaremos con una oportunidad única para poder ver el cometa C/2022 E3 (ZTF), que será visible sin necesidad de telescopios, aunque unos prismáticos serían recomendables. Será su primer paso por nuestro entorno en 50.000 años.
Cuándo y cómo verlo. Hay dos variables astronómicas fundamentales para determinar cuándo será más visible el cometa. La primera es su ruta. El momento en el que el cometa y la Tierra se encuentren más cerca se dará el 1 de febrero.
La segunda variable es la fase lunar. La luna nueva suele ser un momento idóneo para la observación del espacio puesto que el cielo se encuentra más oscuro. Será el día 21 de enero, por lo que los últimos días de enero y el 1 de febrero serán los días en los que el cometa alcance mayor visibilidad.
Además de las variables astronómicas, las meteorológicas también pueden afectar, al fin y al cabo estamos en enero y los cielos despejados no pueden darse por hecho, así que también podemos consultar nuestras aplicaciones meteorológicas.
La mirada en el noroeste. En cualquier caso, la mejor hora para verlo será algo antes del amanecer. El cometa se encontrará hacia el noroeste, en las inmediaciones de la constelación Camelopardalis, la jirafa.
Será posible verlo sin necesidad de equipamiento, aunque unos prismáticos pueden ayudarnos. Un consejo que puede ayudarnos es el de pasar un tiempo adaptando nuestros ojos a la oscuridad. Esto implica, entre otras cosas, prescindir de pantallas como la del móvil.
Si no conseguimos poner nuestra vista en el cometa existen otros recursos para seguir su paso, como The Virtual Telescope Project, que tiene una sección dedicada al cometa.
Menos visible desde el hemisferio sur. La visibilidad del cometa será mayor desde el hemisferio norte, pero desde el sur también será posible atisbar el objeto celeste. En este caso la visibilidad será mejor durante los primeros días de febrero.
Cuando compartíamos la Tierra con los neandertales. El cometa fue descubierto hace tan solo unos meses, en marzo de 2022, cuando ya se había acercado más acá de la órbita de Júpiter, a unos 640 millones de kilómetros de nosotros. La detección corrió a cargo de los investigadores del Zwicky Transient Facility (de ahí el ZTF del nombre). En un principio los astrónomos pensaron que se trataba de un asteroide, pero al observarlo con más detenimiento observaron la característica cola de los cometas.
Al descubrir un objeto de estas características una de las prioridades más inmediatas es la de analizar su trayectoria para saber con la mayor precisión posible cuál es su recorrido futuro y pasado. Al hacerlo, los investigadores del Jet Propulsion Lab de la NASA descubrieron que la última vez que este cometa pasó por nuestro entorno fue hace unos 50.000 años.
El acercamiento de este cometa supondrá por eso una oportunidad única para estudiar este objeto. Las primeras observaciones ya han analizado algunos aspectos del cometa, como el color entre amarillo y verde de su cola.
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