Tal y como se había adelantado hace unos meses, el pasado martes 5 de noviembre la NASA abrió por primera vez una de las muestras de la superficie lunar. Dichas muestras habían permanecido intactas desde que llegaron a la Tierra a inicios de la década de 1970 como parte de las misiones Apollo. Es decir, llevaban casi 50 años en un tubo sellado al vacío.
En su momento, las muestras lunares, que constan de polvo y rocas, se analizaron usando microscopios, pero siempre dentro de su tubo. Ahora, con el ojo puesto en las próximas misiones Artemis, la NASA busca estudiar más a fondo estas muestras con nuevas herramientas y métodos para tratar de entender a qué se enfrentarán cuando sus astronautas vuelvan a la Luna en 2024.
Apollo Next-Generation Sample Analysis
La NASA tiene actualmente dos muestras lunares en sus laboratorios, las cuales constan de aproximadamente 61 centímetros de la capa vertical de la superficie lunar. Ahora como parte de la nueva iniciativa conocida como Apollo Next-Generation Sample Analysis (ANGSA), la NASA abrirá dichas muestras para hacer análisis que no eran posibles durante la época de las misiones Apollo.
La Dra. Sarah Noble, científica del programa ANGSA en la sede de la NASA en Washington, mencionó:
"Hoy podemos hacer mediciones que no eran posibles durante los años del programa Apollo. El análisis de estas muestras maximizará el retorno de la ciencia de Apollo, además de permitir a una nueva generación de científicos y curadores refinar sus técnicas y ayudar a preparar a los futuros exploradores para las misiones lunares previstas en la década de 2020 y más allá."
La primera de estas muestras se abrió el pasado martes, y pasará por nueve equipos de investigadores en todo el mundo, cada uno con un enfoque y herramientas distintas, lo que permitirá tener varios puntos de vista sobre las mismas muestras lunares. Antes de esto, científicos de la NASA utilizaron escáneres de rayos X para construir una imagen 3D de alta resolución de la muestra dentro del tubo, lo que ayudará a entender su estructura y determinar la mejor manera de hacer los cortes para su estudio por parte de los diferentes equipos.
La muestra actualmente ya se extrajo del tubo y se dividió en segmentos de un cuarto de pulgada para examinar las diversas capas del núcleo.
Charis Krysher, la primera científica que procesó las muestras lunares y abrió el núcleo, declaró:
"Crecí con las historias del Apollo, me inspiraron a seguir una carrera en el espacio y ahora tengo la oportunidad de contribuir a los estudios que están permitiendo las próximas misiones a la Luna. Ser la que abra una muestra que no ha sido abierta desde que fue recogida en la Luna es un honor y una gran responsabilidad, estamos tocando la historia."
La NASA espera que con los análisis de estas muestras se puedan tener nuevos detalles de la Luna, sus recursos y composición, algo que será determinante en la planificación de las misiones Atermis. La agencia busca analizar, entre otras cosas, como los depósitos de agua helada lunares podrían utilizarse para combustible de cohetes e incluso oxígeno, así como saber dónde están y cómo se originaron.
Charles Shearer, codirector científico de ANGSA, mencionó:
"Los hallazgos de estas muestras proporcionarán a la NASA nuevos conocimientos sobre la Luna, incluyendo la historia de los impactos en la superficie lunar, cómo ocurren los deslizamientos de tierra en la superficie y cómo ha evolucionado la corteza lunar con el tiempo. Esta investigación ayudará a la NASA a entender mejor cómo se desarrollan, evolucionan e interactúan los yacimientos volátiles en la Luna y otros cuerpos planetarios."
La NASA espera dar los primeros detalles de su investigación durante 2020, mientras que la segunda muestra lunar está programada para abrirse a inicios del siguiente año.
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