2024 ha sido una año convulso para la sonda espacial Voyager 1, que tuvo que ser reparada en repetidas ocasiones por la NASA para seguir enviando datos científicos desde el espacio interestelar. Ahora es la Voyager la que nos hace un regalo navideño.
Detectada por radioaficionados. La Voyager 1 se encuentra a 25.000 millones de kilómetros de la Tierra, más de cuatro veces la distancia hasta Plutón. Solo unos pocos telescopios en el mundo han sido capaces de recibir las débiles señales que llegan desde tan lejos. Y hoy tenemos que sumar uno.
Los miembros de la Fundación del Radiotelescopio Dwingeloo (CAMRAS) consiguieron detectar la señal que transmite la sonda Voyager 1 con el histórico radiotelescopio europeo Dwingeloo.
Contexto. El telescopio Dwingeloo fue construido en 1956 por ASTRON, el Instituto Holandés de Radioastronomía, para estudiar ondas de radio provenientes de objetos astronómicos como galaxias, nebulosas y regiones de formación estelar. Tiene un diámetro de 25 metros y, en su día, fue uno de los telescopios más avanzados del mundo, pero dejó de usarse cuando se construyeron otros más modernos.
En 2009, el radiotelescopio Dwingeloo fue restaurado por voluntarios y organizaciones interesadas en preservarlo. Hoy es un monumento nacional de Países Bajos, utilizado principalmente por radioaficionados.
Toda una proeza. Dwingeloo fue diseñado para observar frecuencias más bajas que la señal de telemetría de 8,4 GHz transmitida por la Voyager 1. En estas frecuencias más altas, la malla de la antena es menos reflectante, lo que dificulta la recepción de señales de por sí debilitadas por la distancia.
Así que, para detectar la nave más remota de la historia, CAMRAS no solo tuvo que montar una nueva antena, sino también hacer cálculos orbitales de la Voyager 1 para predecir el efecto Doppler de su frecuencia. Finalmente, el equipo logró ver la señal en directo.
Solo mensajes entrantes. Si bien Dwingeloo puede recibir la señal portadora de la Voyager-1, el viejo radiotelescopio no es capaz de comunicarse con la sonda. La tecnología necesaria solo está al alcance de la Red de Espacio Profundo (DSN) de la NASA, que tiene antenas de hasta 70 metros de diámetro en Goldstone, Canberra y Madrid.
La Voyager 1 y su gemela Voyager 2 fueron lanzadas en 1977 para visitar los planetas exteriores del Sistema Solar antes de dirigirse hacia el espacio interestelar. Sus señales de radio, a pesar de viajar a la velocidad de la luz, tardan 23 horas en llegar a la Tierra.
Imagen | Uberprutser (CC BY-SA)
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