El problema de la basura espacial crece a medida que ponemos en órbita más vehículos, viendo que de vez en cuando ésta causa accidentes que pueden ser peligrosos (sobre todo en el caso de la Estación Espacial Internacional, constantemente con tripulantes). Las agencias espaciales instan a acabar con el problema por los riesgos y el gasto que provoca, siendo una de las soluciones la misión ELSA-d, la cual ha podido por fin capturar un objeto en órbita por primera vez.
ELSA-d fue puesta en órbita hace meses (desde marzo de 2021) con su potente sistema magnético para capturar satélites desfasados y lanzarlos a la atmósfera para su destrucción. Aunque se han propuesto soluciones para evitar esta re-entrada y que más bien se mate a cañonazos, la re-introducción en la atmósfera ha sido algo más recurrente, siendo ELSA-d un ejemplo más y estando esta misión encarada a crear un estándar en la industria (de eliminar basura).
Los imanes han pasado su examen más importante
El sistema ELSA-d ha estado en fase de pruebas desde su lanzamiento y puesta en órbita a unos 550 kilómetros. Ahora, cuando se acerca el fin de su misión, ELSA-d ha conseguido capturar un objeto en órbita por primera vez.
Como describimos al hablar de la misión (y recordábamos en el inicio), ELSA-d dispone de un sistema de captura compuesto por un potente imán en el módulo principal que actúa de anclaje, de modo que lo que han hecho es hacer una serie de anclajes y desanclajes supervisando el proceso y calibrando los sensores. Se trata de la fase 3a de pruebas, la cual se seguirá con la fase 3b que implicará alguna maniobras autónomas de aproximación, primero en con el objeto relativamente estático y luego en uno que se encuentre girando sobre sí mismo.
Con esto, dan por validado el sistema magnético para atrapar los residuos espaciales, siguiendo con los próximos pasos que implicarán prácticas de inspecciones y su prueba final: deshacerse de sus baterías y combustible antes de precipitarse contra la atmósfera terrestre (con el objeto). Habrá que ver si todo sale como está previsto y si al final ELSA-d puede suponer un estándar que efectivamente sirva para reducir el problema y no seguir aumentándolo.
En este sentido, la preocupación por el exceso de basura espacial también se ha acrecentado no tanto por los desechos, sino por los objetos que orbitan la Tierra de manera activa y funcional. Starlink se ha llevado muchas críticas y voces de alarma por parte de los astrónomos, de modo que firmaron un acuerdo con la NASA para evitar colisiones. Una compañía que no está sola en lo de planear ofrecer internet vía satélite, así que a todas luces las futuras misiones destruye-basura a todas luces tendrán trabajo en las próximas décadas, cuando estos satélites puedan ir quedando dañados u obsoletos.
Imagen | Astroscale
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