Una gigantesca vela solar de 86 metros cuadrados para impulsar poco más que una caja de zapatos. Es la llamativa y diminuta nave espacial NEA Scout. Su viaje empezará en marzo de 2022, cuando junto al vuelo de la misión Artemis I sea lanzada para explorar un pequeño asteroide.
La 'Near-Earth Asteroid Scout' es una nave de la NASA que aprovechará una de las tecnologías espaciales que más nos recuerdan a cómo viajamos los humanos desde hace miles de años. Esta nave se verá impulsada por el impacto de los fotones, con una gran vela gigante.
Porque la luz del sol impacta en la vela y es capaz de generar un movimiento. Es una fuerza mínima en comparación con el viento de la Tierra, pero en el espacio al no haber rozamiento es suficiente como para poder una pequeña nave.
Una misión pionera para probar la tecnología de la vela solar
El objetivo es alcanzar el asteroide 2020 GE, un cuerpo observado por primera vez en marzo de 2020 y cuyo tamaño no pasa de 18 metros. De lograr su objetivo, la NEA Scout se convertiría en la nave en lograr explorar el asteroide más pequeño. Hasta la fecha, ninguna nave se había acercado a un asteroide de menos de 100 metros.
El viaje está previsto que dure al menos dos años para alcanzar la velocidad necesaria con la vela solar. Luego, en septiembre de 2023, cuando el asteroide pase cerca de la Tierra se intentará el "abordaje", también ayudado con la gravedad de la Luna.
Pese al gigantesco tamaño de la vela solar, la propia nave es como explica la NASA, del tamaño de una "caja grande de zapatos". En su interior guarda una cámara con una resolución de 4 pulgadas por pixel, lo que permitirá estudiar y medir la forma, tamaño, rotación y propiedades en la superficie de 2020 GE en búsqueda de polvo y escombros.
La misión NEA Scout tiene como objetivo varios asuntos. Por un lado el más directo de mejorar la comprensión de los asteroides cercanos a la Tierra y ver por ejemplo si están compuestos de rocas más pequeñas y polvo agrupado.
Por otro lado, esta misión será una de las más importantes para probar la tecnología de la vela solar. Una de las 10 cargas útiles a bordo del SLS se liberará y usará sus brazos de aleación de acero inoxidable para desplegar la vela, hecha de aluminio y recubierta de un delgado plástico. En total, una enorme vela de 86 metros donde impactarán los fotones y servirá para mover la diminuta nave.
Si la NEA Scout tiene éxito, servirá para ayudar futuras misiones como la Solar Cruiser, cuya vela tendrá un tamaño de 1.700 metros cuadrados. En 2019, la LightSail 2 y su vela de 32 metros cuadrados ya demostró funcionar. Poco a poco, las misiones espaciales apuestan por velas más grandes.
Más información | NASA
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