Hace unos tres años, un equipo de investigadores coordinado por la Universidad de Durham descubrió que una galaxia se había separado de su propia materia oscura. La galaxia estaba en Abell 3827, a unos 1300 millones de años luz de la Tierra, y el descubrimiento era de esos que hacen historia: la puerta para comprender funcionamiento de la materia oscura de una vez por todas.
Esta semana, el mismo equipo acaba de anunciar que las imágenes originales tenían problemas: nuevos datos los llevan a confirmar que llevamos tres años persiguiendo una 'ilusión óptica'. Mucho me temo que volvemos al punto de partida.
Un descubrimiento histórico
En 2015, los astrónomos de la Universidad de Durham observaron las cuatro galaxias del cúmulo Abell 3827 gracias al telescopio Hubble. Sus conclusiones fueron que todas conservaban su halo de materia oscura, menos una. Ese fue un descubrimiento increíble. Sabemos que la materia oscura existe porque es capaz de interacciones gravitacionalmente con la "materia ordinaria".
“La búsqueda de materia oscura es frustrante, pero eso es ciencia”, explicaba Massey.
En cierta forma, materia oscura y "materia ordinaria" aparecen así como conceptos conjugados. Dos entidades que se dan de forma apareada cualquiera que sea la (aún no conocida del todo) relación entre ellas.
Así, la teoría cosmológica había predicho que la única forma de que la materia oscura pudiera separarse de la materia ordinaria si la primera tenía "otras interacciones” (aunque fuera consigo misma). Los datos de Abell 3827 parecía ser la gran prueba de que la materia oscura así lo hacía. Algo que abría la puerta a entender mejor ese 27% del universo.
Un jarro de agua fría
Por desgracia, el mismo equipo de investigación acaba de presentar en la Semana Europea de la Astronomía y la Ciencia Espacial de Liverpool unos datos que nos aguan la fiesta. Según sus conclusiones, la separación de la materia oscura era un “efecto visual” producido por las orientaciones relativas de Abell 3827 y el Hubble.
Richard Massey, investigador principal, explicó que las nuevas observaciones realizadas desde el ALMA de Chile desmontan la teoría inicial. La imagen de ALMA tenía mucha más resolución que las obtenidas por el Hubble, revelando que la materia oscura aparentemente ausente había estado allí sin ser detectada. Estamos donde estábamos.
“La búsqueda de materia oscura es frustrante, pero eso es ciencia”, explicaba Massey. “Cuando los datos mejoran, las conclusiones pueden cambiar. Mientras tanto, la búsqueda continúa hasta conseguir que la materia oscura revele su naturaleza”.
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