IFA, la feria de tecnología más grande de Europa, ha regresado a Berlín. Y lo ha hecho tras dos años de dura pandemia. Hace tiempo que estos eventos son algo flojos, pero tras este gran parón de dos ediciones físicas canceladas, las expectativas estaban altas. Y no se han cumplido.
Una feria de tecnología es un evento donde lo primero que nos llama la atención son las grandes marcas que (a veces) presentan allí sus productos estrella. Sin embargo, lo mejor a menudo está en los largos pasillos, esos en los que perderse tratando de entender las tendencias del mañana. En Berlín, como cada año, nos hemos perdido literalmente, pero de tendencias de futuro hemos encontrado poco. O nada. Esto es lo que nos ha dejado IFA 2022.
Plegables S.A: un despegue en pañales
Podemos fechar en 2019 el momento en que, con un enfoque más o menos serio, los plegables llegaron a nuestras manos. El protagonista fue el Samsung Galaxy Fold, aquel malogrado primer modelo. Desde entonces hemos conocido tres modelos del Fold y cuatro del Flip.
El mercado está despegando. Estos terminales, pese a su precio, se están haciendo un pequeño hueco. Sin embargo, en muchos sentidos no dejan de sentirse prototipos, sobre todo cuando entra en acción la variable de la durabilidad.
En IFA hemos atendido a la presentación de modelos como el Lenovo ThinkPad X1 Fold (2022). Nos ha parecido un equipo mejor resuelto que su predecesor, pero hablamos de un portátil que llega al mercado por 2999 euros en su configuración más baja, y sin garantizar, por ejemplo, una comodidad similar a la de un modelo tradicional con su teclado completo, pues sus teclas se sienten algo apretadas.
Otro buen modelo es el ASUS Zenbook 17 Fold OLED, pero de nuevo, partirá de 3.499 dólares. El alto coste de los componentes y la espiral inflacionaria pueden explicar esto, pero si a ello unimos que la experiencia no está tan refinada como en equipos de toda la vida, la valoración al pasear por la IFA y ver estos modelos no es otra, en mi opinión, que el mercado sigue en pañales. Y no hay nada de malo en ello. Simplemente, queda esperar a la madurez que inevitablemente acaba llegando a todos los productos.
¿Y el efecto pandemia?
Algo que esperábamos en IFA 2022 era un efecto COVID-19. Es decir, ver claramente tendencias en tecnología propiciadas por la pandemia. Y no ha sido así. No ha habido una explosión de pequeños o grandes fabricantes proponiendo grandes soluciones para el teletrabajo o para esta nueva etapa del trabajo híbrido. Como mucho, fabricantes como Honor o Huawei
Quizá ya hayamos visto demasiada palabra vacía en este sentido, como las de Microsoft justificando la existencia de Windows 11 a causa del surgimiento del teletrabajo. Sea lo que sea, tampoco decepciona. No hay grandes necesidades en el hogar o en las empresas que el hardware tenga que venir a arreglar. Es el software el que sigue teniendo mucho que decir para hacernos más productivos. Le esperamos.
Robots aspiradores que ¿reimaginan el futuro?
En estos últimos años, donde sí se ha vivido una explosión en ventas ha sido en robots aspiradores. Muchas compañías tienen el suyo, y en el fondo pocas aportan valor a las bases popularizadas hace tiempo. IFA 2022 ha sido el evento donde hemos visto más empresas tratando de decirnos que estos cacharros domésticos llegan del más allá, que todavía hay mucho por mejorar.
Nunca imaginé que un mercado como este lanzara eslóganes como "reimaginando el futuro", más propios de propuestas (a día de hoy) vacías como el 'metaverso' o de un gran avance en fotografía móvil que de un robot que aporta poco o nada a los de hace años.
En muchos casos, los modelos eran clónicos, sin aportar absolutamente nada a lo ya presente en el mercado. A estas propuestas se suman las de aspiradoras de mano tipo Dyson, que sí tienen por delante más camino que recorrer en aspectos como autonomía, o las de relojes inteligentes que parecen anclados en 2016, por aspecto y funcionalidad.
Sin anuncios alrededor del 8K
Aunque los anuncios más grandes en televisores corresponden al CES de Las Vegas, en IFA también hemos conocido grandes saltos tecnológicos, como en 2018, cuando Samsung presentó allí sus primeros modelos QLED 8K.
Cuatro ediciones después, el 8K pobla algunos de sus mejores televisores (artificialmente segmentados de los 4K en aspectos como número de zonas de atenuación local), pero no hay noticias sobre contenido. De hecho, me llamó la atención estar en el stand de TCL buscando maravillarme al ver una demo 8K desde muy cerca, para acabar percibiendo poco detalle ante lo poco cuidado que estaba el contenido.
Y es que no ha habido novedades interesantes ahí en los últimos tiempos, salvo que habrá algo (muy poco) de 'Los Anillos de Poder' en 8K en Amazon Prime Video. Seguimos esperando un estándar o los primeros acuerdos en torno a él. Pero IFA no ha sido esa feria donde conocerlos. Y parece que el CES 2023 tampoco lo será.
Gran parte del "futuro" sigue lejos de las casas
En IFA siempre ha sido protagonista la gama blanca. Pasear por IFA es encontrar electrodomésticos a tutiplén. Y claro, los fabricantes grandes no muestran allí todos los modelos que tienen o que van a lanzar, sino la gama alta. Hasta ahí todo bien, no vamos a una feria de tecnología a encontrarnos con una lavadora genérica como la que tienen nuestros padres.
Sin embargo, un sentimiento que surge cada año en la feria, y que en IFA 2022 ha ido a más, ha sido el de que la democratización en electrodomésticos va muy lenta. En lavadoras, por ejemplo, sí que hay ya en el mercado modelos relativamente asequibles con WiFi, para controlar el ciclo con el móvil, programarla con un asistente personal, etc. Sin embargo, en frigoríficos, por ejemplo, es casi imposible encontrar un modelo asequible con novedades no de 2021, sino de 2016.
Seis años después de modelos con cámara integrada para hacer la compra automáticamente o detectar el estado de los alimentos, en IFA 2022 se siguen promocionando novedades de este tipo que aportan comodidad y tranquilidad al usuario.
Pero, ¿a qué usuario? Al que puede pagar miles de euros por un frigorífico. Es lo de siempre en tecnología, aunque hay diferencias con otros casos. En 2016 un televisor OLED era insultantemente caro, pero hoy se puede conseguir en 55" por menos de 900 euros en ofertas puntuales. Pero el frigorífico aspiracional de 2016 lo sigue siendo en 2022.
Para tener en una casa corriente la gama blanca de esta feria, donde nos han encantado hornos que nos avisan de que la comida ha llegado al punto de dorado pretendido, habrá que esperar muchos años. Es ley de vida, pero en estos eventos parece que el futuro prometido hace una década sigue sin llegar. Y pese a que todo lo presentado promete poder conectarse con su ecosistema de forma transparente, la realidad es que de Matter se ha hablado poco. Y es lo relevante para conectarse a otros.
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