Las posibilidades creativas que ponen en nuestras manos los smartphones y las cámaras compactas actuales son enormes. En algunos casos, incluso, equiparables a las que nos ofrecen las cámaras fotográficas semiprofesionales, con las lógicas diferencias impuestas por la calidad del sensor y la óptica. Sin embargo, para aprovecharlas al máximo es imprescindible que nos sintamos cómodos con parámetros como la apertura del diafragma, el tiempo de exposición o la sensibilidad ISO, entre otros.
Hace unos días os propusimos un vídeo en el que intentamos desentrañar con cierta profundidad, pero de una forma sencilla y didáctica, cómo podemos utilizar la apertura para hacer mejores fotos y ser más creativos. Y ahora ha llegado el momento de desenmarañar todo lo que tiene que ver con otro parámetro esencial en fotografía: el tiempo de exposición. Si quieres conocer con detalle qué es y cómo puedes sacarle el máximo partido, sigue leyendo. Y, por supuesto, no te pierdas el vídeo que tienes justo encima de estas líneas.
Las claves del tiempo de exposición
Este parámetro nos permite, sencillamente, indicar a nuestra cámara o smartphone cuánto tiempo queremos que quede expuesto el sensor, y, por tanto, que permanezca recibiendo luz. El tiempo de exposición se mide en segundos (s), o bien en fracciones de segundo, y su importancia reside en su capacidad de ayudarnos a conseguir la exposición correcta en nuestras fotografías.
No obstante, tiene algo muy importante en común con la apertura del diafragma, de la que ya os hemos hablado, y que va más allá de la exposición: pone en nuestras manos unas posibilidades creativas muy amplias. Si necesitamos «congelar» el objeto que estamos fotografiando para que aparezca totalmente nítido tendremos que optar por un tiempo de exposición mínimo, de una fracción de segundo. Pero si lo que queremos es transmitir sensación de velocidad y ritmo, lo ideal es utilizar un tiempo de exposición prolongado, de hasta varios segundos.
Como acabamos de ver, desde un punto de vista creativo el tiempo de exposición nos permite jugar con la sensación de movimiento y el ritmo en nuestras fotografías, pero es muy importante que no olvidemos que también tiene una gran influencia en la exposición. Esto quiere decir que no debemos contemplar el tiempo de exposición como un parámetro aislado, sino como una variable que incide en la exposición, y que podemos equilibrar actuando simultáneamente sobre otros parámetros, como la apertura del diafragma, la sensibilidad ISO y la compensación de la exposición.
Fotografía de larga exposición
Como os explicamos en el vídeo, una vez que nos sintamos cómodos modificando el tiempo de exposición podremos dar a nuestras fotografías el acabado estético que estamos buscando. De esta forma, lograremos detener en el tiempo coches de carreras para que aparezcan totalmente nítidos, conseguiremos que el agua de una cascada tenga un aspecto sedoso, e, incluso, podremos hacer buenas fotografías en condiciones de baja luminosidad, entre otras opciones.
Eso sí, algo que no debéis olvidar es que, si decidís utilizar un tiempo de exposición prolongado, es imprescindible que uséis un trípode. O, al menos, que coloquéis vuestra cámara o smartphone sobre una superficie estable durante la toma de la instantánea. De lo contrario, vuestra fotografía quedará movida porque es imposible mantener un pulso totalmente estable durante varios segundos.
Otro escenario muy frecuente que suele plantear problemas nos lo encontramos cuando queremos hacer una fotografía de larga exposición para, por ejemplo, conseguir el efecto de «agua sedosa» que podéis ver en la fotografía que tenéis encima de estas líneas. Para obtener este acabado es imprescindible utilizar un tiempo de exposición prolongado (el de esa fotografía es de 4 s), pero si es de día es muy probable que nuestra imagen quede sobreexpuesta porque el sensor ha recibido demasiada luz. Incluso aunque cerremos mucho el diafragma.
Afortunadamente, podemos evitar esta sobreexposición recurriendo a un filtro de densidad neutra (ND). Su función es reducir la cantidad de luz que va a recibir el sensor, permitiéndonos utilizar tiempos de exposición prolongados en espacios con bastante luz ambiental. Eso sí, si queréis que la nitidez y el color de vuestras fotografías no se vean afectados negativamente, haceos con un filtro de densidad neutra de calidad.
Un último consejo interesante: si te gusta la fotografía de larga exposición de cascadas, ríos o cualquier otra masa de agua o superficie húmeda, contempla la posibilidad de hacerte con un polarizador. Su función es eliminar los reflejos, y, de paso, mejorar el color de nuestras fotografías. Pero, además, también puede resultarnos útil para reducir la cantidad de luz que entra en el objetivo durante una fotografía de larga exposición.
En fin, esperamos que este nuevo vídeo os guste y os resulte de utilidad para perderle definitivamente el miedo a los controles manuales.
Imagen | NeilsPhotography
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