Nota inicial. Si lo que estás buscando es la historia de aquel otro Ares, el pizpireto soriano inmortalizado por las cámaras de ‘Callejeros’ mientras coreaba “Pim-pam, toma Lacasitos” en pleno control de alcoholemia y tras una noche de farra, en ese caso échale un vistazo a este artículo de Motorpasion. Aquí le toca el turno a un Ares igual de popular, pero algo más antiguo.
El protagonismo le toca ahora Ares Galaxy, el software de compartición de archivos, el celebérrimo programa P2P (peer-to-peer) que permitió a una generación descargarse en el ordenador desde el último tema de El Arrebato o Evanescence a la última entrega de 'Piratas del Caribe'.
Si querías acceder —o compartir— una peli, videoclip, fotos o programas, Ares ofrecía una herramienta relativamente sencilla y abierta. Tan atractiva resultaba que se convirtió en un clásico de los PC de la primera década de los 2000, antes de que Spotify entrara en escena y calasen otras plataformas de contenidos en streaming. No resultaba tan cómodo, rápida o accesible como escoger una peli en Netflix o escuchar una canción en Spotify, pero sí ofrecía otras ventajas.
Y esas ventajas le hicieron ganar popularidad en los 2000... y sobrevivir décadas después.
Sencillo y con éxito
Para encontrar los orígenes de Ares Galaxy hay que remontarse a hace dos décadas, a 2002, cuando echó a rodar en la estela de otros P2P, como Napster o Kazaa, algunos años más jóvenes y que de una forma u otra sucumbieron por el tremendo éxito que acabaron alcanzando. Era fácil de instalar, su interfaz no presentaba grandes complicaciones y los archivos se encontraban y podían bajarse más o menos rápido. Con esos ingredientes no tardó en calar entre los usuarios.
Y triunfó, claro.
El programa empezó con la red Gnutella, pero a los meses de su estreno decidió apostar por su propia red descentralizada. El siguiente gran cambio llegó en 2005, cuando se liberó su código bajo licencia GPL y pasó a ser software libre en un movimiento, quizás, para evitar los problemas legales que había afrontado solo unos años antes Napster. Con el tiempo la P2P ganó parroquianos y fondo hasta alcanzar una popularidad comparable con la de Emule, lanzado también en 2002.
No todo eran champagne y rosas.
Ares se convirtió en la puerta de acceso a un cosmos de contenidos, incluidas canciones, capítulos de series, pelis y juegos, pero también en un coladero de virus tan temido que algún que otro dueño de cybers —otro vestigio de la Red— llegó a prohibir su instalación. Había quien modificaba el código para crear variantes con adware o malware incorporadas que luego ponía en circulación.
Así, entre descargas y algún que otro cabreo al comprobar que tu ordenador estaba infectado, Ares fue cumpliendo años y escribiendo un capítulo de la historia reciente de Internet, uno que compartió con otros clientes peer-to-peer igual o incluso más populares que el propio Ares Galaxy, como eMule, LimeWire o Soulseek. Mientras, Daniel Ek y Martin Lorentzon sentaban las bases en Suecia para Spotify y un cambio de ciclo. Nuevos tiempos, nuevos usos, nuevas herramientas, ya se sabe.
Que los años de fama le queden lejos no significa que Ares Galaxy, Soulseek o eMule pasasen a mejor vida. Aún hoy puede descargarse el añejo Ares desde SourceForge.
Quizás sin la profusión de contenidos de hace década y media, pero en 2018 os contábamos aún cómo podías usarlo —dotado de buscador, canales para charlar con otros usuarios y con su propio reproductor nativo— para descargar capítulos de alguna que otra serie. No muchas, cierto.
Ahora, como ejercicio de nostalgia no tiene precio.
En Xataka | Los jóvenes ya no saben usar emule: así se ha desplomado el interés por las redes P2P en pocos años
Imágenes | Wikipedia y Sourceforge
*Una versión anterior de este artículo se publicó en octubre de 2022