Ubicar a los individuos en interiores, dentro de un complejo de oficinas, un centro comercial o una universidad, no resulta sencillo. Los sistemas que utilizamos en la calle o las carreteras no funcionan bajo techo, pero la necesidad de localizar individuos o lugares continúa existiendo. Brindar una solución es una tarea pendiente y las luces LED que nos alumbran pueden ser la solución. El punto de luz que tienes sobre tu cabeza podría comunicarse con tu teléfono y ubicarte. Sencillo pero efectivo.
La Universidad Inteligente Hamdan Bin Mohammed de Dubái (Emiratos Árabes Unidos) es, desde hace un tiempo, ejemplo en cuanto al uso de la iluminación conectada. Una tecnología llamada a transformar las acciones más comunes, siendo uno de esos campos en los que el internet de las cosas demuestra parte de su gran potencial.
"Tu clase está al fondo de este pasillo, girando a la derecha"
Una de las funciones más llamativas del sistema lumínico inteligente instalado en esta universidad dubaití es el guiado por las instalaciones.
Son 600 puntos de luz conectados, instalados a lo largo y ancho de las instalaciones, los que tienen encomendada la tarea de conducir a los alumnos hasta las aulas en las que tienen una clase o una tutoría gracias, sencillamente, a estar encendidas. Se trata de tecnología indoor positoning basada en iluminación de última generación.
Las luminarias en cuestión trasmiten, a través de una serie de parpadeos no perceptibles por el ojo humano, un código de luz que contiene su ubicación geográfica individual. Modulaciones lumínicas únicas a modo de coordenadas que son recibidas en cualquier dispositivo móvil a través de su cámara frontal e interpretadas por la aplicación de la universidad.
Gracias a esta información, el sistema que controla los puntos de luz ubica a los individuos sobre el mapa del complejo y, desde ese momento, es capaz de guiarlos hacia su destino como si de un navegador GPS se tratase. En la pantalla de su terminal los estudiantes pueden ver un plano de la universidad, en que punto concreto se encuentran y las indicaciones que deben seguir para llegar al lugar que hayan indicado.
Esta tecnología solamente flaquea en espacios con altos techos, donde la iluminación está a decenas de metros de altura y la detección de esos parpadeos imperceptibles se hace mucho más complicada. Para estos espacios, un conjunto de beacons Bluetooth se encargan de sustituir a las luminarias conectadas e informar de las ubicaciones a nuestro dispositivo.
El potencial de estas tecnologías relacionadas con la iluminación es amplio —ahí están las pruebas que vienen realizándose desde hace años con LiFi, llamada a ser una alternativa al wifi— al tiempo que también lo son sus implicaciones en ámbitos como la privacidad o la seguridad.
En el caso de la localización concreta de alumnos en particular, ¿el sistema podría saber que los estudiantes están en la cafetería cuando deberían estar en una clase? Podría, como puede ubicarnos un teléfono en una zona concreta gracias a las conexiones que realiza con las antenas más cercanas, pero también se ha pensado en quienes quieran evitarlo.
Según nos explicó en la feria Light + Building 2018 el director ejecutivo de negocios del grupo profesional de Signify, Harsh Chitale, hacerse invisible al sistema conectado sería tan sencillo como accionar la correspondiente opción en la aplicación que permite detectar la ubicación.
Utilidad e información para predecir tendencias
La unión de los datos de posicionamiento con otros proporcionados por sensores de presencia convencionales, capaces de ofrecer porcentajes de ocupación de un lugar, y sensores de luz que cuantifican la natural y regular adecuadamente la artificial, permiten optimizar otros sistemas como el de climatización o el de ventilación.
Aire acondicionado, calefacción, ventilación e iluminación trabajan a la vez. Si la luz natural es suficiente y además proporciona calor, no es necesario encender las lámparas ni configurar una temperatura demasiado elevada en los termostatos. Si el sistema detecta que la ocupación de una sala es máxima, la plataforma de control sabrá que el aire acondicionado deberá redoblar esfuerzos por mantener una horquilla de grados confortable.
Toda la información generada sobre el consumo de energía, el rendimiento de cada lámpara y la ocupación de cada habitación se centraliza y analiza para conseguir, al margen de la optimización de usos, la predicción de tendencias con las que anticiparse a diferentes tipos de situaciones sin intervención directa. Al igual que Google Maps es capaz de precedir cuán concurrido está un lugar a determinada hora, gracias a los datos este sistema puede detectar tendencias.
Otros sistemas de iluminación similares al implantado en esta universidad, aunque adaptados a la escala y las necesidades de recintos de otra índole, permiten gracias a su conectividad facilitar, por ejemplo, las evacuaciones en caso de emergencia en estadios deportivos.
En un plazo de una década compañías como Signify prevén que la iluminación conectada sea habitual en hogares y empresas.
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