A simple vista, los grandes cilindros que sobresalen de la cubierta del buque cisterna de la foto podrían identificarse como chimeneas, pero son velas. Concretamente, velas de rotor, un sistema de impulsión eólica para embarcaciones inventado a principio del siglo XX.
El Rotor Flettner, como también es conocido, fue concebido por el alemán Anton Flettner y hace uso práctico del conocido efecto Magnus. Ese fenómeno físico en el que la rotación de un objeto afecta a la trayectoria del mismo mediante discurre, por ejemplo, por el aire.
Ese principio ahora se está aplicando en una gran embarcación del gigante danés Maersk Tankers, el buque carguero para productos Pelican, mediante dos grandes velas de este tipo desarrolladas por la compañía Norsepower. En este proyecto también participan el Energy Technologies Institute y Shell Shipping & Maritime.
Las velas de rotor más grandes del mundo con 30 m de altura y 5 m de diámetro
Estas grandes velas mecánicas y cilíndricas que en apariencia nada tienen que ver con las velas tradicionales que todos conocemos, giran con el impulso del viento creando un diferencial de presión —lo que describe el efecto Magnus— que provoca un impulso del barco hacia adelante.
Esta fuerza es significativa, pero no suficiente para mover el barco como se espera, por lo que se entiende como una beneficiosa propulsión auxiliar. ¿Por qué? Porque permite desacelerar los motores principales ahorrando combustible y reduciendo las emisiones entre un 7 y un 10 % en las rutas marítimas globales más comunes.
Pese a la antigüedad de la tecnología, naturalmente perfeccionada para estas pruebas recientemente iniciadas, el proyecto es pionero en la industria naviera de los buques cisterna según mantiene Tommy Thomassen, director técnico de Maersk Tankers.
"Mientras que la industria ha pasado por décadas de desarrollo tecnológico, el uso de la tecnología de propulsión eólica a bordo de un buque cisterna de productos podría llevarnos a un nuevo campo de juego. Esta nueva tecnología tiene el potencial de ayudar a la industria a ser más competitiva en cuanto a costos, ya que mueve cargas por todo el mundo para los clientes y reduce el impacto ambiental".
A partir de ahora, Maersk Tankers realizará mediciones sobre el funcionamiento de estas velas tecnológicas en sus pruebas, comprobará su eficacia y verá si son viables económica y técnicamente a largo plazo. Su instalación en un buque cuesta entre 1 y 2 millones de euros.
Según ha señalado la empresa, expertos independientes serán los encargados que analizarán los datos de rendimiento durante esta fase de pruebas para garantizar una evaluación imparcial. "Se prevé que la tecnología sea particularmente adecuada para petroleros y buques de carga seca a granel, y esta prueba ayudará a determinar el potencial adicional de las velas de rotor en la industria de los buques cisterna para productos", dice Andrew Scott, miembro del Energy Technologies Institute.
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