Los datos de telemetría generados por un vehículo autónomo, de forma totalmente automática, ¿pueden considerarse un trabajo creativo y, por tanto, estar protegidos por derechos de autor? La Unión Europea, y más concretamente una comisión de la Eurocámara, creen que sí.
Esto es lo que se desprende de una votación celebrada esta semana en la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo. Este órgano debía votar un proyecto de informe sobre la conducción autónoma en los transportes europeos y, a petición del Partido Popular Europeo, se votó nominalmente un punto del documento que, a priori, no debía generar divergencias.
Se trataba de una enmienda al texto, en apariencia poco discutida, sobre los datos que generan automáticamente los vehículos autónomos:
"Observa que los datos generados durante el transporte autónomo se generan automáticamente y no son creativos por naturaleza, por lo que no es aplicable la protección de los derechos de autor ni el derecho sobre la base de datos".
¿Resultado de la votación? El rechazo a la enmienda. La JURI, como también es conocida esta comisión, rechazaba tal afirmación. Y con el rechazo, da a entender que la información de telemetría generada por los coches autónomos sí puede ser un trabajo creativo y, por tanto, pueda estar protegida por los derechos de autor. Con lo que ello supone.
Datos propiedad de nadie vs. datos propiedad del fabricante o el conductor
Pese a que hablamos de un proyecto de informe que todavía debe convertirse en informe formal, ser sometido a una aprobación definitiva y, posteriormente, recalar en el pleno del Parlamento Europeo para su consideración en vista de futuras directivas comunitarias o reformas de normas en vigor, el resultado de esta votación es llamativo.
¿Por qué? Porque aunque el movimiento no deje de ser el fijado de una posición que, por el momento, no tiene ningún efecto en legislación alguna ni se traduce en medidas concretas, resulta preocupante para muchos. Si los datos generados automáticamente por un coche autónomo pudiesen ser propiedad de alguien gracias a la protección dada por los derechos de autor, un fabricante, por ejemplo, podría retenerlos en su favor.
La información generada a partir de los desplazamientos de los millones de automóviles autónomos que en un futuro pueden recorrer los países de la Unión Europea será un botín preciado. Para las autoridades de seguridad vial o planificación urbana, por ejemplo, pero también para empresas como aseguradoras o analistas de mercados. Si tuviesen propietario, se podrían vender, y si se pudiesen vender, no todos podrían acceder a ellos.
Pese a que la votación en la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo de momento no sea más que un gesto quizás de cara a la industria automovilística, según algunos europarlamentarios, el rechazo a semejante texto debería hacernos reflexionar sobre la conveniencia de especificar qué condición tendrá esa información automáticamente generada, qué tratamiento podrá recibir y quiénes la podrán usar.
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