Año 2006. Los Nuevos Guerreros, que tienen en marcha un reality que sigue sus aventuras, persiguen a un villano en Stamford, Connecticut. Al llegar al patio de una escuela Nitro detona y ocurre la catástrofe: más de 600 víctimas. La furia de vecinos y de toda la sociedad hizo que se rescatara un proyecto largamente olvidado: el Acta de Registro de Superhumanos, una ley que obligaba a todo aquel que tuviera superpoderes a declararlo y estar bajo el control del gobierno. Su aprobación enfrentó a la comunidad superheroica: había llegado la 'Civil War'.
Bajo la batuta de Mark Millar y el dibujo de Steve McNiven, Marvel sacaba a relucir la eterna polémica: ¿dónde está el límite en el control del ciudadano por parte del gobierno? ¿hasta qué punto la actuación de cuatro gatos que pertenecen a una minoría requiere una legislación "enfocada" a coartar libertad? Este "registro de superhumanos" sale a la palestra cuando el Acta Patriótica estadounidense más en boga está, y no fue la primera vez, ni será la última, en la que los cómics de superhéroes ven que su peor enemigo es la LEY.
X-Men y los derechos civiles
Año 2013. Park Avenue se encuentra desolada, en ruinas. Kitty Pryde esquiva centinelas, el mundo se ha ido al retrete para los mutantes y todo consecuencia del asesinato, en 1980, de un senador racista que promovía un Acta de Control de Mutantes. ¿La respuesta?: un genocidio. El breve arco 'Días del Futuro Pasado' de 'Uncanny X-Men' (Chris Claremont y John Byrne) es, quizás, el mayor precedente de un gobierno queriendo regular un colectivo como el de los seres superhumanos.
Las series de los X-Men siempre han tenido de temática (bueno, cuando se acuerdan) los derechos civiles y la igualdad, independientemente de que hablemos de raza, identidad sexual o cualquier "salida de la norma". Stan Lee y Jack Kirby, siempre preocupados por la actualidad, ya tontearon con el tema en los 1960s, cuando el debate racial estaba en plena efervescencia en las calles. Entonces crearon a Bolivar Trask y los Centinelas, las máquinas gigantes programadas para matar a los mutantes porque "no eran normales".
Registro hoy. Cámaras de gas mañana
Ya en los ochenta, el Senador Kelly es la figura del político conservador fascista, para el que cualquier cosa amenaza los valores sociales. Él se aprovecha del temor colectivo hacia una minoría para perseguirla e impulsar una normativa en contra: el Acta de Registro Mutante. No es el único al que se enfrentaron los X-Men en su lucha por la igualdad y la integración con la humanidad, con la persecución por el reverendo Stryker ('Dios ama, el Hombre Mata') siendo uno de los puntos álgidos de la época.
A mediados de los 90 el gobierno estadounidense volvió a atacar en los mutantes en 'Operación: Tolerancia Cero': el asesinato de Graydon Creed, candidato presidencial anti-mutante, causa el lanzamiento de un ataque a gran escala hacia los Homo Superiores. Centinelas NIMROD por doquier orquestados por Bastion y el Agente Gyrich, viejo conocido y, entre otras funciones, enlace del gobierno con Los Vengadores.
Las leyes que han regulado a los héroes
Aunque en los 80 y 90 el tema de la regulación de los superhéroes empezó a obtener profundidad, es un argumento habitual desde mediados del siglo XX. Ya de por sí el Gobierno de EEUU siempre ha estado ligado de algún modo u otro al superheroismo, con la creación, por ejemplo, de Capitán América y diversas iniciativas heroicas. El Centinela de la Libertad es el mayor ejemplo de intentar controlar a un superhéroe y de cómo este llegó a ser una pesadilla constante para ciertos presidentes (como Richard Nixon).
En 1979 supimos por qué se había desmontado uno de los grupos clásicos de la edad de Oro de DC: la JSA. El mandato del gobierno de los cincuenta, en el contexto de la Ley de Actividades Anti-Americanas, de "quitarse el antifaz" provocó la renuncia del grupo. En la 'Suicide Squad' de John Ostrander también se tocó un par de veces legislaciones que en tiempo de crisis daba autoridad al gobierno sobre la actividad heroica.
La Ley Keene es, fuera de Marvel, la ley de control de superhéroes más conocida. En 1977, la actividad superheroica provocó una gran huelga de policía y sus subsiguientes disturbios. La situación insostenible llevó a la creación de esta ley y la conversión de los superhéroes en forajidos. Pero eso no impidió que algunos siguieran siendo justicieros, tal y como pudimos ver en 'Watchmen', de Alan Moore y Dave Gibbons.
El registro de superhumanos es un tema recurrente en multitud de cómics (y películas) del género: en 'Astro City' (Kurt Busiek y Brent Anderson) el alcalde de la ciudad obligó a los seres poderosos a registrarse para intentar localizar a un asesino en serie; en 'Los Increíbles' de Pixar, la caída de los superhéroes se produce precisamente por este registro, al igual que lo que pasa en el universo de 'Powers' de Brian M. Bendis y Michael Avon Oeming.
Asunto de "seguridad nacional"
Cuando se toca la legislación de regulación del mundo del superhéroe se hace con el subtexto de la seguridad nacional. El Acta de Registro de Superhéroes visto en 'Civil War' y cuyo origen se remonta a los 90, va en este sentido: los que no la cumplimentan son, automáticamente, forajidos... ¿y qué pasa cuando los superhéroes están "fuera de la ley"? ¿En qué casos se actúa y por qué?
Estas preguntas hace que analicemos un poco más a los superhéroes y su naturaleza y grado de amenaza que puede suponer. Hay, podríamos decir, varios tipos de héroes con poderes que se pueden dividir en cuatro cuadrantes:
- Tipo "Superman": nacidos con poderes, con alta capacidad destructiva (podría destruir el mundo, si quiere).
- Tipo "Lobezno": nacidos con poderes, pero sin gran capacidad destructiva (aunque Lobezno, si quisiera, podría).
- Tipo "Capitán Atom": poderes adquiridos, gran capacidad destructiva
- Tipo "Spiderman": poderes adquiridos, pero sin gran capacidad destructiva.
Este cuadro determina el grado de intervención de un gobierno respecto a los superhéroes que habiten en el país. Al estado le interesará controlar y capturar a los de gran capacidad destructiva y asegurarse de que son "buenos" y están de su parte. A los de menos capacidad destructiva les tendrá con cierta vigilancia e intervendrán en caso necesario.
A lo largo de la historia de los superhéroes se han seguido en algún momento estos esquemas: el 'Action Comics' de Grant Morrison comenzaba con Superman siendo capturado por los militares para determinar su naturaleza y su grado de amenaza, prácticamente el 90% de los héroes han despertado en alguna instalación gubernamental... y, mientras, el gobierno prepara una fuerza de intervención extrema.
En 'El Regreso del Caballero Oscuro' de Frank Miller, el Presidente de los EEUU envía a un doblegado Superman para que ponga en vereda a Batman. En 'The Authority' de Millar, los héroes tocan tanto "la moral" de los políticos que envían a metahumanos psicópatas a "sustituirles". Por otro lado 'The Boys' de Garth Ennis lo protagonizaba un grupo de la CIA que se enfrentaban a superhéroes corruptos.
Son ya incontables las veces que el gobierno de EEUU, Reino Unido o la ONU, en su caso, han cerrado y/o desbandado los grandes grupos: JLA y sus JLE/JLI, Los Vengadores... e incluso a nivel local nos encontramos con diversos héroes siendo oficialmente "non-gratos" como por ejemplo Spiderman, Los 4 Fantásticos o Batman.
Y también pasa al contrario, con héroes y villanos siendo gobernantes: el 'Escuadrón Supremo' de Marc Gruenwald creó, a base de eliminar todo mal, un paraíso en el que ellos tenían el poder. 'Hijo Rojo' de Millar terminaba con Superman y Brainiac de "Gran Hermano" en una utopía socialista soviética. Y, de nuevo, The Authority de Robbie Morrison tomaría el control del gobierno en 'Coup d'Etat'. En el lado de los villanos: Lex Luthor ha sido presidente de los EEUU, y también se ha tratado a Norman Osborn en esta capacidad (aunque normalmente en futuros alternativos).
Aunque no lo parezca de primeras, el cómic de superhéroes es una plataforma excelente para hablar de problemáticas sociales y su respuesta por parte de la política. El papel del gobierno dentro de los cómics de superhéroes es un elemento que da coherencia al universo en el que están ambientados.
Siempre que hay un fenómeno e irrumpe con fuerza en la vida de los ciudadanos es lógico que los gobiernos, en el mundo real, se posicionen. Y es por eso por lo que es frecuente encontrarse con este tipo de historias en la ficción. La vida imita al arte y viceversa. Y, si tienes poderes, cuidado: el gobierno puede interesarse demasiado en ti.
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