La historia podría haberla escrito Martin Scorsese: una fundación social gestionada por la administración pública se vale de su presupuesto para dar barra libre a sus empleados y allegados, hasta el punto de que destina más de 15.000 euros a una noche de juerga, alcohol y prostitutas que se evaporan en un chasquido de dedos. 15.000 euros destinados, a ojos del contribuyente, a sufragar las subvenciones de los desempleados. Se destapa y el escándalo es mayúsculo.
¿Ficción? No, la Andalucía del PSOE.
¿Qué ha pasado? Que la noche del 10 de marzo de 2010 un grupo de empleados y allegados de la Fundación Fondo Andaluz de Formación y Empleo emitieron catorce pagos por valor de casi 15.000 euros en apenas seis horas. ¿El lugar? El prostíbulo Don Angelo de Sevilla. ¿El origen del dinero? Partidas de la Junta de Andalucía destinadas, en teoría, a costear los cursos de formación y los subsidios de desempleo de los por aquel entonces centenares de miles de parados andaluces.
Tan salvaje juerga ha salido a la luz ocho años después en contexto de las investigaciones policiales y judiciales del caso ERE, el escándalo de corrupción más grande de la historia de Andalucía.
¿Es importante? A juzgar por la reacción pública, sí. Es normal, por otro lado: nada tiene más magnetnismo mediático que unos fastos oprobiosos y moralmente fraudulentos financiados con el dinero que debería ir a parar a los más desfavorecidos de la sociedad. Es una historia de villanos (y políticos corruptos) casi perfecta, y de ahí su resonancia pública (similar a otras declaraciones dentro de los ERE que relacionaban a la trama con sustanciosos consumos de cocaína).
Pero es una anécdota.
¿Qué son los ERE? Conviene recordarlo: el caso ERE investigado por los juzgados sevillanos acumula un desfalco de 855 millones de euros repartidos de forma discrecional entre 2001 y 2010. A su lado, los 15.000 euros del puticlub son calderilla. El fraude buscaba apuntalar una red clientelar mediante los fondos de desempleo. Cuando una empresa entraba en crisis, la Junta regaba los procesos de despido con ayudas a sus trabajadores. La adjudicación era opaca y discrecional, pero no sólo eso: numerosos empleados incluidos en los programas no lo eran en realidad.
¿Y quiénes eran? Colocados, allegados, próximos a los encargados políticos de tramitar los expedientes. Se calcula que alrededor de 200 personas se beneficiaron del conocido como "fondo de reptiles", gestionado por el exconsejero Javier Guerrero, y que recibieron un total de 136 millones de euros. El proceso requería de la implicación de diversos estamentos de la Junta, de los sindicatos y de las empresas. Un proceso de falsificación a gran escala a costa de bolsillo del ciudadano.
Una breve comparación que ilustra la magnitud de lo desviado: se calcula que toda la factura de la Gürtel asciende a 123 millones de euros.
¿Quién era el responsable? Dos figuras destacan dentro de la causa: Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Ambos fueron los dos únicos presidentes de Andalucía hasta la toma de posesión de Susana Díaz (los tres pertenecen al PSOE). Según la Fiscalía, ambos permitieron por acción u inacción la creación de los mecanismos de fraude. Griñán, en concreto, habría apuntalado un "sistema opaco" para evitar su fiscalización a instancias de otras administraciones.
¿Cómo enlaza con el prostíbulo? La historia de los 15.000 euros sí es interesante por su modus operandi. El presidente de la Faffe (la fundación para el desempleo de la Junta) manejaba una tarjeta black de la que hacía uso y disfrute sin mayores contrapartidas (modelos similar al de Caja Madrid). Su fundación llegó a manejar hasta 300 millones de euros, dinero que a menudo se utilizaba de forma discrecional y patrimonial, práctica común dentro del entramado corrupto de la Junta.
Los extractos revelan otro sórdido punto a la historia: la fiesta se produjo horas después de que Griñán remodelara su gobierno autonómico y cesara al hasta entonces responsable de Empleo de la Junta (e inmediato superior del presidente de la Faffe). Es decir, el alcohol, los servicios y la juerga en el prostíbulo fue un acto de venganza, de despecho. La Andalucía de los ERE era una oda al exceso, pero ante todo una privatización total del dinero público (para los parados).
Imagen: GTRES