Alper Yesiltas vive en Estambul. Es abogado, pero tiene una pasión: la fotografía. Le lleva pegando fuerte por ella muchos años. El tesón y constancia en este trabajo ha conseguido, indirectamente, que ahora una de sus series cobre una dimensión dramática inesperada y que con ello su historia se haya vuelto viral.
La habitación que ocupaba en la casa de sus padres daba a un pequeño patio en el que había un peculiar ventanuco cuadrado con una cortina simple y una impresionante fachada roja. “Sólo mi habitación permitía retratar esa ventana desde ese ángulo”, nos cuenta Yesiltas. Desde 2005 empezó a fotografiarla y a constatar su evolución. Como sabemos, la materia que parece inerte en realidad está viva, y 12 años dan para un gran repertorio de expresiones.
De ahí que tengamos hoy un racimo de estadios de la ventana roja. En un día de quietud, azotada por el viento o llena de nieve. "Una a una, mis fotos no tienen significado, pero en conjunto sí expresan algo. Creo que nos recuerdan el paso del tiempo y que, inevitablemente, todos nos iremos algún día", ha declarado él mismo.
El desenlace, como puedes imaginar, no es muy agradable. Llegó súbitamente el año pasado: los propietarios derribaron el viejo edificio para hacer ahora un bloque de apartamentos. “Al principio estaba triste, pero luego me di cuenta de que el hecho de que derribasen daba una cierre a mi serie de fotos".
Antes de llegar al final, la serie de la ventana ya había ganado popularidad en la red, lo que llevó al fotógrafo a conseguir acuerdos comerciales. La “ventana roja de Estambul” se utilizó como portada para un par de libros y todo su trabajo tuvo exhibiciones.
Un tipo desde su ventana veía otra ventana, que le gustaba, y le sacó fotos durante 12 años, con luces, estaciones y colores diferentes. Un día le tiraron el edificio abajo :( pic.twitter.com/4PQ0KH4eE3
— serpientedegas (@serpientedegas) January 26, 2018
“El edificio estaba en una zona llamada Camlica, en Estambul. A día de hoy es imposible encontrar nada relacionado con la vieja casa, porque los propietarios la desmantelaron para construir lo que hoy hay ahí”, nos cuenta. Independientemente de su final, la ventana ha logrado mucha popularidad en la red. El romanticismo de las escenas previas y la contundencia de su última foto consiguen despertar en el espectador una poética sensación de desolación.
Fotografías de Alper Yesiltas. Mira el resto de su obra aquí.
