La estrella del pop que conquista a millones, especialmente entre los jóvenes, ya no se llama Ariana Grande o Billie Eilish, sino Bitcoin, Dogecoin y Ethereum. Las criptomonedas están por todas partes, y por tanto es fácil imaginar que las estafas dentro de las mismas hayan aumentado, aunque quizás era difícil prever hasta qué nivel lo han hecho.
Quien sí va a la Luna. Todo viene a raíz de la reciente publicación de alerta de la Comisión Federal de Comercio (FTC) estadounidense. Desde octubre de 2020 los pequeños inversores de su país han perdido más 80.000 millones de dólares en estafas en criptomonedas, y han aumentado un 1.000% respecto a otoño de 2019, la última vez que tuvieron registros. La pérdida promedio por inversor es de 1.900 dólares.
Empobreciendo a los jóvenes. Según la FTC, el principal afectado es un hombre entre 20 y 39 años, ahí se concentra el 44% del total de pérdidas reportadas. “Los consumidores menores de 30 años han perdido más dinero por estafas de cripto que por cualquier otro tipo de estafa” en ese mismo período. La Comisión tilda el ambiente inversor como un retorno al “salvaje oeste”.
¿Y ese es dinero mucho o poco? Con respecto al total de dinero invertido en monedas digitales, es poco. Es decir, si aglutinásemos todo el dinero que hay invertido a nivel global en diferentes criptomonedas en una única moneda, ésta sería la quinta con mayor poder de circulación del mundo. Si a finales de junio de 2020 la capitalización total era de 260.000 millones de dólares, en enero de 2021 había sobrepasado el billón (trillón estadounidense). Así que 80.000 millones, aunque sea sólo contando lo timado en Norteamérica, es muy poco.
Siguen siendo más serios los despistes: porque, según los datos de Chainalysis publicados por The New York Times a principios de este año, la gente ha perdido unos 140.000 millones de dólares en bitcoins por olvidar contraseñas o tener bloqueadas sus cuentas. Están atascados en el planeta el 20% de los 18,5 millones de bitcoins existentes.
Pero sigue siendo una fuente de preocupación. Porque es inestable, sí, pero también porque es un tipo de timo infraestudiado e infraestimado. Se estima que el dinero perdido en esta nación por robo de identidad en 2020 fue de 56.000 millones, mientras que los timos telefónicos, que también crecieron de forma espectacular, representaron 19.700 millones. Las estafas cripto no sólo son el ámbito de mayor crecimiento, son también las que suponen una mayor pérdida de dinero per cápita para la gente de a pie (las estafas en el ámbito empresarial siguen siendo más cuantiosas).
Soy Elon Musk, dame lo tuyo. Algunas de las principales fuentes de estafa según la FTC son los supuestos chivatazos, la réplica de las carteras de inversión o las estafas piramidales por las que se te pide que inviertas más o introduzcas a otros inversores. Pero Finantial Times también ha encontrado otra original vía, que sea el mismo CEO de Tesla, ese capaz de influir en las cotizaciones de grandes valores con un solo tuit, el que te recomiende qué debes hacer. Bastan páginas que dicen seguir los consejos del magnate insertando sus tuits para luego descubrir que esa cuenta de Twitter no es @elonmusk (escrito con una “L” minúscula), sino @eIonmusk (“I” mayúscula) o similares. Los damnificados por los Elon Musk falsos han perdido, según el FBI, al menos dos millones de dólares.
¿Y qué podemos hacer? Hacer listas públicas de timadores condenados o perseguir el “marketing multinivel”, que es como se conocen a estos esquemas de negocios (Herbalife o Thermomix) y que se basan en generar ingresos por cada venta o registro de nuevos vendedores (Herbalife sólo de lo primero). De ahí que estemos en una época especialmente peligrosa, por la condición de viralidad fácil de las redes sociales: si alguien te promete dinero fácil, los algoritmos lo premiarán, se llegará a más gente y caerán los primos; después esos influencers detrás de las estafas, que técnicamente podrían haber perdido el dinero que invirtieron inicialmente, gracias a que son enormes altavoces-captadores conseguirán llevarse más de lo perdido por el sistema de afiliados, hacen un vídeo lamentándose, diciendo que no sabían nada, y saldrán del asunto con impunidad.
TikTok ha sido la primera red en prohibir los contenidos de marketing multinivel.
