A causa del Brexit, la libra ya se parece más a las divisas emergentes que a las occidentales

A causa del Brexit, la libra ya se parece más a las divisas emergentes que a las occidentales
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Reino Unido no gana para disgustos. Ayer dos noticias causaron un pequeño terremoto político de decididas repercusiones económicas: por un lado, la confirmación de que, si así lo deseara, el gobierno podría frenar el Brexit de forma unilateral; por otro, la postergación del crucial voto sobre el Acuerdo de Salida en la Cámara de los Comunes. La clase política británica no sabe qué hacer con su país.

Y su moneda lo resiente.

Caída libre. La sorprendente decisión de Theresa May, hoy reunida con sus homólogos con la intención de renegociar un acuerdo que la UE considera sellado, provocó que los mercados reaccionaran con espanto. Lo pagó la libra. Se desplomó en las horas siguientes a la noticia. Hoy ha recuperado parte de su valor, pero una palabra domina todas las conversaciones financieras sobre la divisa británica: volatilidad.

Nadie se fía. ¿Qué implica? Que los inversores observan a la libra como una divisa demasiado impredecible. La culpa es del Brexit: ¿qué esperar de una economía cuyo destino, a cuatro meses vista, es incierto? Su valor cambiante y las dudosas perspectivas de Reino Unido a corto plazo ha provocado que sus índices de volatilidad a tres meses se disparen muy por encima del resto de divisas del G7.

La libra solía ser una moneda solvente. Los inversores ya no lo tienen tan claro. Su dinámica en los mercados la asemeja más a las divisas de mercados emergentes que a la de los asentados.

El "no deal". En cierto modo es lógico. El acuerdo de May no tiene apoyos. No saldrá adelante. Los británicos lo tumbarían tanto frente a un hipotético "no deal" como frente a un "remain" en la Unión. La primera opción es el catastrófico desenlace probable, pese a que nadie lo desea: Theresa May jamás desandará los pasos del Brexit, y la UE no abrirá la mano en las negociaciones sobre el Acuerdo de Salida.

Así las cosas, Reino Unido, en efecto, emergerá. A un mercado global, desconectada y con un trabajo gigantesco por delante.

La perspectiva. Todos los bancos y fondos de inversión coinciden en que la incertidumbre política del Reino Unido está dañando a la libra. Ahora mismo no ha franqueado la barrera de los 0,90€, pero ayer cayó a su nivel más bajo desde agosto. Durante el último año ha ido perdiendo terreno tanto con el dolar como con el euro. Superar los 0,90€ le acercaría peligrosamente a la paridad con el euro, algo que no ha sucedido jamás.

Lo que queda. May se ha reunido hoy con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, para tratar la cuestión del "backstop". Irlanda es clara: el acuerdo no se mueve. La UE ya se prepara para el peor escenario posible. ¿En qué consistirá? De la noche a la mañana, en el caos. A nivel económico, según diversos estudios, en una depresión de caballo: el último habla de más de 750.00 puestos de trabajo volatilizados en Reino Unido.

Imagen: Howard Lake/Flickr

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