Por más tiempo que pase y por más vídeos que protagonicen, Simón Pérez y Silvia Charro difícilmente lograrán que sus nombres dejen de asociarse algún día con las hipotecas de tipo fijo. Eso sí, de una forma que seguramente ninguno de los dos se imaginaba cuando ejercían como asesores financieros. El motivo lo recordarás: allá por diciembre de 2017 grabaron un vídeo con consejos sobre créditos que no tardó en viralizarse. Y no por lo que decían, sino por cómo lo decían, frenéticos, agitados, en un estado de excitación que —como ellos mismos reconocerían— era resultado de una larga comida que empalmó con una aún más larga sobremesa.
Ahora Silvia Charro y Simón Pérez quieren que sus nombres deje de asociarse con hipotecas de tipo fijo y pasen a hacerlo con otro negocio: el de la marihuana.
Un poco de historia. Si andabas por Internet a finales de 2017 o durante los meses siguientes es casi imposible que no conozcas a Silvia Charro y Simón Pérez, pero por si fuera así ahí va un poco de historia reciente de la viralidad patria: hace casi seis años la pareja ejercía como asesores financieros y pasaban sus jornadas en espacios tan respetados como la universidad o las oficinas de la firma Engel and Volkers, donde trabajaba Silvia. Con ese bagaje profesional, en diciembre de 2017 grabaron un vídeo en el que daban sus consejos sobre hipotecas de tipo fijo.
Quizás el tema resultase un poco árido, pero el vídeo acabó viralizándose. No por lo que decían, sino por cómo lo decían. A lo largo de nueve minutos Simón y Silvia departen sobre finanzas en un estado de agitación más que evidente que se explica —como ellos mismo aclararían tiempo después—con una comida y sobremesa bien regadas de copas. La pieza se compartió en redes, generó una avalancha de memes y para la pareja de asesores supuso un rotundo giro profesional: perdieron sus empleos y acabaron protagonizando truculentos vídeos en los que, a cambio de dinero, aceptaban pruebas como raparse o tatuarse el logo de Forocoches.
La caída a los infiernos. "Yo daba clases en la universidad, ganábamos más de 5.000 euros al mes, asesorábamos a grandes fortunas. Pero todo eso se esfumó —confesaba en diciembre Simón a El Periódico de España—. Perdimos el trabajo, el prestigio, nadie quería trabajar con nosotros…" Con el vídeo no solo se esfumaron sus empleos. Silvia y Simón comentan que se encontraron sujetos a unos gastos mensuales de 3.500 euros sin fuentes de ingresos con que poder asumirlos.
"Lo perdimos todo. Tuvimos que irnos a Galicia, a vivir a casa de la abuela de Silvia o en un coche. Abrimos un canal de YouTube en el que hacíamos retos", rememora Simón Pérez. Su periplo es digno de la crónica viral: Sálvame, el intento de abrir su propia vía de negocios… e incluso una foto en la cama con Jordi El Niño Polla.
Y llegó el negocio de la marihuana. Así es. A finales del año pasado Simón comentaba que la pareja estaba embarcada en un nuevo proyecto empresarial, uno alejado de las hipotecas de tipo fijo, variable o cualquier otro servicio financiero al uso: el cultivo de maría. "Estamos plantando marihuana en Macedonia del Norte", señalaba a El Periódico. Para ser más precisos, su labor se centraba en el cultivo de marihuana con tetrahidrocannabinol (THC), una variedad llamada Great White Shark que preparaban para destinarla a la industria farmacéutica.
"Tenemos las licencias para plantar. Lo intentamos primero en España con el CBD, pero no encontramos nadie que nos alquilase una parte. Cuando lo conseguimos, el CBD había bajado un 80%. Entonces optamos por la marihuana con THC", abunda Silvia. Con esa decisión ya tomada tantearon la posibilidad de hacerlo en Portugal pero acabaron viendo una oportunidad en Macedonia del Norte, "un lugar muy bonito en el que se puede trabajar bien porque tienen otra legislación".
¿Y cómo es esa plantación? Bastante considerable. En diciembre Simón aseguraba que la compañía que habían montado, Green Capital, sumaba ya 20.000 plantas y les daba cuatro cosechas anuales. De hecho avanzaba sus planes de seguir expandiéndose. "Nosotros plantamos y lo proporcionamos a los distribuidores de la industria farmacéutica. Y la inversión de 800.000 euros salió de youtubers que nos seguían", comentaba la otrora asesora reconvertida en estrella viral.
La pareja recalca, eso sí, que su negocio no tiene nada que ver con el tráfico y está orientado hacia la industria farmacéutica, donde asegura que el cannabis con THC tiene "mucha demanda": "En Malta o Chipre está funcionando muy bien".
Cannabis… y grabaciones. Silvia Charro y Simón Pérez no solo se dedican al cultivo. A través de su canal de YouTube han explicado su nueva empresa, cómo se desarrolla, los proyectos que estudian… El canal no llega a los 53.000 suscriptores y las piezas están lejos (muy lejos en realidad) de alcanzar la viralidad que lograron en diciembre de 2017 con el vídeo sobre las hipotecas de tipo fijo y variable, pero les han ayudado a ganarse el favor de los inversores para impulsar su negocio. El Periódico aseguraba ayer que han logrado recaudar un millón de euros.
Una inyección de fondos notable que les ha ayudado a pagar alquileres y las licencias para ajustarse a los requisitos de un sector que, reivindican, está "súper controlado". Desde que su proyecto echó a andar la pareja calcula que han logrado obtener 1,2 toneladas y convencido a 90 inversores que les han permitido reunir fondos. Ahora ya plantean mirar más allá de los Balcanes y abrir otra factoría en Colombia, donde esperan lograr la licencia necesaria y costes más ajustados.
Imagen de portada: SS Conexion (YouTube)
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