Una de las ideas más extendidas a la hora de debatir sobre el cambio climático es la de la inacción. "El mundo arde y no estamos haciendo nada por evitarlo" se ha convertido en una letanía común para criticar la pasividad de gobiernos y élites frente al calentamiento global. Y pese a que es un relato en parte cierto, también es sesgado. Lo cierto es que la humanidad sí está aplicando remedios contra el cambio climático.
Y el impulso de las renovables es el más destacado.
La mitad. Lo ilustra un informe elaborado por Bloomberg NEF: para 2050 el 50% de la electricidad global será producida mediante fuentes renovables. El estudio parte de las tendencias actuales, de los compromisos planteados por los gobiernos y del progresivo abaratamiento de la energía solar y eólica, las dos futuras campeonas de la generación eléctrica. Es una proyección, pero es consonante con el sino de los tiempos.
¿Cómo? Por el aumento del consumo. Alrededor de dos tercios de la humanidad vive en países donde el consumo eléctrico es bajo en términos comparados. El desarrollo de potencias demográficas como Indonesia o Nigeria provocará que las necesidades energéticas del planeta se multipliquen. Bloomberg estima un crecimiento de la demanda del 62%, lo que obligará a la industria a invertir más de $13 billones durante las próximas décadas.
Dinero. ¿Y a dónde irá a parar el dinero? Al futuro. Las renovables son las mejor posicionadas para absorber tanto la demanda como el interés del sector eléctrico. Tanto en Europa como en Estados Unidos las trabas políticas impuestas a los combustibles fósiles han provocado que la inversión en centrales térmicas resulte arriesgada. Pocos actores desean hoy apostar por el carbón a largo plazo, ahondando en su retroceso.
Al mismo tiempo, el precio de la energía eólica ha caído un 49% desde 2010, y el de la solar un 85%. El incentivo es claro.
Ejemplos. El problema es Asia. El consumo global de carbón se sostiene gracias al interés de India y China en abastecer a su población. Eso sí, para 2050 su cuota de mercado habrá caído del 37% actual al 12%. Es en la India donde el sector solar ha demostrado su capacidad para ser más barata; y es China el país que más ha invertido en fotovoltaicas, instalando la potencia equivalente a diez centrales nucleares en sólo un año.
Hoy el carbón les resulta más cómodo y efectivo. Pero es una estrategia a corto plazo. El carbón resulta cada día menos rentable.
Tiempo. Es un escenario largo. Pero coincide con otros informes, como el elaborado anualmente por BP, donde las renovables toman la producción energética en cuatro o cinco décadas. En continentes como Europa sucederá mucho antes, y para 2050 ya producirá el 92% de su electricidad mediante fuentes renovables. Son ya varios los países que han fijado su descarbonización a medio plazo.
La pregunta del millón es: ¿será suficiente? La respuesta más probable es "no". La comunidad científica es pesimista, y la solución puede llegar tarde. El desarrollo de tecnologías que absorban CO2 y el cambio de otros patrones de consumo, muy arraigados y contaminantes, se antojan claves. Pero es un paso crucial para el futuro.
Imagen: Andreas Gücklhorn/Unsplash