El año de la pandemia ha sido sin duda el año del teletrabajo. Hace más de un año que la mayoría de nosotros reacondicionamos nuestras casas e improvisamos una oficina en el hogar con tal de no exponernos al virus que deambulaba en el exterior. Antes del confinamiento, pocas personas en España sabíamos lo que era trabajar en remoto. Y podríamos decir que nos hemos acostumbrado. De hecho, multitud de encuestas indican que si fuera por los empleados, seguiríamos teletrabajando cuando todo esto pase.
Pero la realidad es algo distinta. Con la vacuna a la vuelta de la esquina y un ritmo de contagio cada vez más bajo, muchas empresas ya se están planteando volver a la oficina, entre ellas las más importantes del mundo.
Las tecnológicas cambian de opinión. Si bien los gigantes de Silicon Valley como Google, Facebook, Twitter y Square, ofrecieron a sus empleados la opción de trabajar desde casa por tiempo indefinido si lo deseaban, ahora han cambiado de opinión. El gigante de las búsquedas anunciaba hace unos días sus planes para reabrir sus oficinas en abril para quienes se presenten voluntarios antes de la fecha límite, que es en septiembre. Aquellos que quieran seguir trabajando de forma remota más de 14 días al año deben solicitarlo formalmente, solicitando hasta 12 meses en "las circunstancias más excepcionales".
Amazon tampoco da su brazo a torcer y ya ha comunicado a sus empleados que su ideología tras la pandemia será "una cultura centrada en la oficina como línea de base", y comenzará a llamar a sus empleados corporativos en junio.
Lo tienen preparado. Tampoco nos sorprende tanto sabiendo que ambas compañías han aprovechado la pandemia y la bajada de precios de bienes raíces para hacerse con todo un imperio en oficinas. Amazon, con sede en Seattle, firmó un contrato de arrendamiento para una torre de 180 metros de altura en Washington el pasado agosto, y en febrero dio a conocer su segunda sede futurista en forma de hélice, que se construirá en Virginia para el 2025. En marzo, Google reveló que invertiría 6 mil millones de euros en oficinas y centros de datos en todo el mundo durante el 2021.
¿Por qué volver? Es paradigmático que fueron muchas de estas compañías tecnológicas las que construyeron las plataformas que permiten teletrabajar. Así, uno pensaría que serían las embajadoras del movimiento antioficina. Pero no, no es el caso. En primer lugar, opinan que la cultura de innovación de una empresa no se puede construir desde los hogares, sino desde un lugar donde las personas se congregan. Y eso se debe a que quien dirige estas empresas de tecnología sabe muy bien que sus productos tienen limitaciones. La tecnología puede brindar movilidad, flexibilidad, independencia y una mejor calidad de vida, pero tiene sus desventajas.
Pese a que su software, hardware y plataformas de comercio electrónico han permitido a millones de empresarios operar sus negocios incluso cuando no estaban en los despachos, creen que una oficina, un espacio de trabajo, un entorno compartido donde los humanos interactúan cara a cara es una parte crucial de cualquier negocio. Una de las opiniones es que las personas que teletrabajan no conectan, innovan, comparten ideas o debaten como lo hacen cuando están juntas. Y es una tendencia entre las élites empresariales. Basta decir que David Solomon, el director ejecutivo de Goldman Sachs, llamaba al trabajo en remoto: "una aberración que vamos a corregir lo más rápido posible".
Un modelo híbrido. Sin embargo, otro titán de la tecnología, IBM, está tomando un rumbo diferente. El CEO de la compañía decía en un reportaje de Bloomberg que el 80% de los empleados probablemente permanecerán en roles híbridos, y la mayoría pasará aproximadamente tres días a la semana en la oficina después de la pandemia. Y como él, muchas otras empresas conocidas. Microsoft, por ejemplo, permite a los empleados trabajar de forma remota parte de la semana. Incluso publicaron un detallado informe alabando a este sistema y por qué iba a ser el futuro a corto plazo. Los empleados de Spotify también pueden elegir si prefieren trabajar a tiempo completo desde casa, desde la oficina o una combinación de ambos.
De momento, Facebook permite que ciertos empleados trabajen de forma remota a tiempo completo como parte de su nueva política. Y Twitter les comunicó a los empleados que pueden seguir trabajando desde casa "para siempre" si así lo desean. Pero ambas empresas se encaminan hacia el nuevo enfoque de modelo híbrido. Básicamente, la idea es mezclar las bondades de ambos: el trabajo remoto ha creado nuevas oportunidades de trabajo para algunos, ha ofrecido más tiempo en familia y ha brindado opciones para ahorrarse el transporte hasta el lugar de trabajo. Pero también hay desafíos por delante: los equipos se han vuelto más aislados este año y el agotamiento digital es una amenaza real e insostenible.
La voluntad de los empleados. Cuando Microsoft encuestó a sus empleados sobre sus preferencias, el 73% de los trabajadores decían que querían opciones a distancia flexibles. El estudio también sugería que las ofertas de trabajo a distancia en LinkedIn habían aumentado por cinco durante la pandemia. En España, las encuestas dicen lo mismo. Un estudio realizado por Grupo Adecco en ocho países, entre ellos España, recogía que el 77% de los españoles consultados considera que el modelo ideal es aquel que combina el teletrabajo con el trabajo en la oficina.
Será muy diferente. Eso sí, lo que está claro es que el trabajo presencial no volverá a ser como antes. La digitalización de la vida cotidiana es un legado de la pandemia y así es como muchas empresas están adoptando aplicaciones y plataformas para monitorizar el movimiento y trabajo de las personas en época de Covid. De hecho, la empresa de bienes raíces CBRE, cliente de los servicios para pandemias de Microsoft, ya se está preparando para eso con una app llamada Host, construida en la nube. Las personas pueden usar la herramienta para indicar a los jefes si planean ir a la oficina, realizar una encuesta rápida de síntomas y organizar reuniones, conocer aforos y afrontar el distanciamiento social en el trabajo.
Sabiendo que las grandes tecnológicas están invirtiendo en el desarrollo de estas plataformas y haciéndose con más edificios de oficinas, tenemos una pista bastante clara de que la vuelta al trabajo presencial es solo cuestión de tiempo. Si el virus no los permite, claro.
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