La imagen pública de la mujer en los países musulmanes es una cuestión espinosa en las sociedades occidentales: tanto a la derecha como a la izquierda del espectro político se enarbolan encendidas defensas en contra y a favor del derecho de las mujeres a llevar velo, hijab o niqab. En sus países de origen el debate es menos intenso: el cubrimiento de la mujer tiene un mayor nivel de aceptación cultural.
¿Pero ha sido siempre así? Desde hace un tiempo, el canal de YouTube WatchCut está desarrollando las series "Cien años de belleza", en los que muestra década a década la evolución del estilo de las mujeres en diversos países del mundo. Por el carácter controvertido del velo, el de las mujeres de Oriente Medio han recibido una particular atención. En concreto, los ejemplo de Irán, de Siria y, ahora, publicado este mismo mes, de Israel y Palestina.
Lo primero que hay que tener en cuenta al enfrentarse a ellos es que no son documentos históricos, sino recreaciones de tendencias. Es importante porque no siempre serán calcos exactos de la realidad social de cada país. Sin embargo, sí que muestran cambios drásticos y evoluciones muy marcadas en función de los acontecimientos políticos y de el largo plazo cultural. El ejemplo más evidente es el de Irán pre-1979 y post-1979.
Para el caso de Israel y Palestina, WatchCut ha generado dos vídeos, mostrando los contrastes entre la diversidad de culturas árabe y judía. Pese a que hay una obvia estilización y a que se marcan las tendencias de moda sobre las culturales, es posible observar cómo la imagen de la mujer en ambas sociedades, bastante conservadoras, ha ido de la mano, si bien con la obvia diferencia del hijab o el velo en la parte Palestina.
En Irán, como decíamos, el ejemplo es más marcado. Como vimos en su momento, la revolución islámica de 1979 puso fin al estado laico de los Sha y promovió una serie de normas estatales por las cuales la mujer debía cubrirse cabeza y extremidades en público. Al principio más rígidas, las normas sociales y políticas, y su aplicación, se han ido relajando con el paso de los años, aunque siga siendo obligatorio portar el hijab en público.
Hay cambios tanto en la forma de llevarlo como en la rebeldía de algunas iraníes hacia él, mostrando su protesta quitándoselo.
El ejemplo sirio es quizá el más particular por la historia diferente de Siria (obviando su actual e interminable guerra civil). Al igual que otros países como Egipto, Siria nunca contó con un movimiento político islámico capaz de poner coto al poder de la dinastía de los Asad. Estos optaron por una suerte de socialismo impregnado de nacionalismo árabe donde el islamismo era tangencial, y no central, a su ideología. El resultado fue una sociedad donde oficialmente no se impulsaba el hijab, aunque fuera ganando terreno.
De lo anterior da fe el vídeo egipcio: dada la laicidad oficial impulsada por el estado, las mujeres egipcias disfrutaron de diversas tendencias y modas durante décadas, no coartadas necesariamente por el velo. Sin embargo, a pie de calle la situación cambió a partir de la segunda mitad de siglo: el auge del islamismo ha impulsado que más y más mujeres lleven voluntariamente o no el velo. A partir de los '90, la moda femenina estándar de Egipto es el hijab.
Lo que los vídeos demuestran, al margen de su interés modístico, es que el hijab no ha sido siempre consustancial a la cultura árabe o islámica. Al contrario, el velo como expresión religiosa es un artefacto cultural que, si bien tiene evidentes referentes históricos, no siempre ha estado atado de forma automática a la mujer musulmana.