Como vimos en su momento a cuenta de este magnífico vídeo-mapa, vivimos cada vez en un mundo más y más urbano. El proceso de éxodo rural global, además, es relativamente reciente: históricamente no estamos acostumbrados a vivir en grandes conglomerados urbanos, y eso, al parecer, tiene consecuencias sobre nuestra salud. Es tan rápido que sus efectos se pueden observar con claridad en apenas un periodo de diez años muy reciente, y en un continente cuya urbanización comenzó hace más de un siglo, Europa. Es lo que muestra este estupendo y muy rico en detalles mapa del centro de estudios alemán BBSR.
El proceso ha sido tan rápido que sus efectos se pueden observar con claridad en apenas un periodo de diez años muy reciente, y en un continente cuya urbanización comenzó hace más de un siglo, Europa. Es lo que muestra este estupendo y muy rico en detalles mapa del centro de estudios alemán BBSR.
Los datos abarcan de 2001 a 2011, y como explican en CityLab, son los más recientes a los que el instituto (Federal Institute for Research on Building, Urban Affairs and Spatial Development por su nombre en inglés) ha podido acceder a lo largo y ancho del continente, valiéndose de la información recopilada por los institutos nacionales de estadística de cada país. A partir de ahí, el mecanismo ha sido simple: aislar los municipios (o las comunas, en función del nombre que reciban en cada país) y comprobar qué le ha pasado a su población, en media anual, en ese periodo.
Europa se desplaza hacia el noroeste
Y a cada patrón, un color más o menos intenso. Los términos municipales en rojo representan ganancias de entre el 0,1% y el 2%, y los azules, pérdidas de entre el -0,1% y el -2%. Aquí se puede ver el mapa expandido:
Hay varias tendencias interesantes. Por un lado, la población de Europa no sólo se está concentrando en las ciudades, sino que también lo está haciendo en el oeste. Francia está prácticamente en su totalidad en rojo, gracias en gran medida a su excelente tasa de natalidad. El valle del Po, Suiza, el Benelux y las islas británicas también ganan bastante población (Irlanda un 2% en casi todas sus municipalidades), además de la costa española, cuyo crecimiento demográfico sólo tiene comparación a nivel interno con el desproporcionado crecimiento de Madrid y alrededores, la ciudad más resaltada del mapa.
Europa del Este, un éxodo rural muy pronunciado
En The Washington Post segmentaron los datos:
En el este de Europa y en el oeste de España las cosas son bastante distintas. Este último es el caso más particular: la tendencia es a la inversa (hacia el este) y afecta de forma gravísima al interior de Castilla y León, Galicia y Asturias, además de a la totalidad de Portugal exceptuando sus dos principales ciudades. En el este continental, la tendencia se parece mucha a la ya vivida por el oeste décadas atrás: las ciudades representan intensos puntos rojos aislados en un mar de regiones deprimidas demográficamente, gracias al éxodo rural tardío vivido tras la caída del muro de Berlín.
Países como Albania, Bulgaria, Rumanía o los bálticos son azules en su totalidad, excepto sus grandes ciudades. Lo mismo le sucede, de forma muy llamativa, a la Alemania oriental, cuyas provincias se vacían en beneficio de Berlín. Polonia, Hungría, Austria o los nórdicos sufren iguales tendencias.
Del campo a la ciudad, y del este al oeste. Los cambios poblacionales a los que se enfrenta Europa son acuciantes, y las tendencias notables en tan sólo diez años. En el futuro, cada vez seremos más urbanos.