Las tandas de penaltis son emocionantes, pero angustiosas. Son un suplicio que convierten a cualquier afición en un manojo de nervios. Y a los mismos jugadores, traicionando incluso a los más hábiles. Lo cierto es que tienen motivos para acobardarse de ellas, porque pese a existir una ciencia detrás de los lanzamientos, también hay un punto importante de suerte. Sí, sabemos que quien dispara primero tiene una ventaja considerable para ganar, pero eso lo decide, al final, una moneda al aire.
Es por ello que la tanda de penaltis tradicional que todos conocemos es considerada por muchos como un procedimiento injusto (y poco deportivo) para resolver una competición. Distintos jugadores y entrenadores han manifestado durante años su rechazo al sistema. Christian Karembeau, tras la tanda de penaltis entre Francia y Portugal en los cuartos de final de la Eurocopa de 1996 y a pesar de que ganó Francia, afirmó: “Es cargar una bala en la cámara de una pistola y apretar el gatillo. Alguien recibirá la bala, lo sabes. ¿Justo? Justicia no es la cuestión”.
Y un ejemplo perfecto lo encontramos en el partido de anoche en el que España e Italia se disputaban la semifinal de la Eurocopa. Y en lo que sucedió durante el sorteo previo entre ambos capitanes de la Roja y la Azzurra, Jordi Alba y Giorgio Chiellini. Pocos saben qué ocurrió realmente y qué palabras cruzaron con los árbitros, pero lo que sí podemos sacar en claro es que ambos sabían que ese instante, el lanzamiento de la moneda, iba a tener mucho que ver con el resultado final del partido. Y se lo mostraron a millones de espectadores con sus actuaciones.
The penalty shootout was over before it began. Italy had this wrapped up. https://t.co/KlWw2N1fQK
— Carl Anka (@Ankaman616) July 6, 2021
¿Qué sucedió realmente? Analizemos el momento.
Momento previo al fatídico desenlace. El colegiado, Felix Brych, lanza la moneda al aire, que cae al césped. ¿Qué ocurre acto seguido? El lateral de España señala la portería en la que está la afición de la Selección Española. De inmediato, Chiellini alza la mano hacia el otro lado, donde se encuentra la grada italiana. Momento de desconcierto. Risas por parte del defensa de la Juventus, que vacila al jugador catalán y le empuja amigablemente. “Mentiroso, mentiroso”, le espeta. A continuación, un roce en la mejilla juguetón, o algo burlesco (según como se mire), como si se conocieran de hace años. Alba no está para mucha broma. Su semblante: serio.
Llega la confusión, ya que ninguno elige cara o cruz, sino que es el árbitro Felix Brych quien decide qué lado de la moneda decanta los lanzamientos a un lado u otro. Jordi Alba cree que ha ganado el sorteo pero Chiellini le aclara que no, que se chuta en la portería de Italia. O quizás el lateral estaba intentando colársela a los italianos, quién sabe. El colegiado alemán mira a sus asistentes, que le dan la razón al italiano.
Segundo lanzamiento de moneda. Ahora se decide quién lanza primero. El italiano vuelve a ganar. “¿Quieres tirar primero o segundo?”, le pregunta el árbitro, según se puede escuchar en el vídeo de la UEFA. “Primero, primero”, responde el italiano. El partido ya se había decidido. O casi.
Tal y como se estipula en el reglamento, se realizan dos sorteos. Uno en el que el árbitro asigna a cada lado de la moneda una portería y, dependiendo del resultado, los penaltis se lanzan en un lado y otro del campo. El segundo sorteo decide quién lanza antes. El ganador puede elegir si dispara primero o segundo. Lo que demuestra el error de muchos medios deportivos que explican que se repitió el lanzamiento de la moneda por una equivocación.
Lo de que haya dos sorteos me sorprende pero ahí están las reglas de la International Football Association Boardhttps://t.co/d3G7725p25
— Alvaro Rigal (@A_Rigal) July 6, 2021
(Y lo de que Alba intenta engañar en el primero se ve clarísimo porque el linier también señala al lado de Chiellini) pic.twitter.com/phYwjjyVZd
Después de eso, los equipos A y B lanzan cinco penaltis cada uno de forma alterna, es decir, según la secuencia ABABABABABABAB. Si los resultados siguen siendo los mismos después de cinco rondas, la etapa de muerte súbita comienza en el mismo orden AB, añadiendo un tiro de cada equipo hasta que se rompa el empate.
La selección española decía adiós a la Eurocopa, como si la antesala de los penaltis hubiera predicho el futuro. Dani Olmo y Morata fallaban desde los 11 metros y los de Luis Enrique se quedaban sin la ansiada final.
La polémica prendía aún más cuando el defensa del F.C Barcelona Gerard Piqué se pronunciaba en este sentido al terminar el encuentro: "Las estadísticas dicen que el primero tiene más opciones (de ganar la tanda) y en un torneo así no me parece justo que un sorteo haga que empieces con desventaja". Y añadía: “Creo que el mejor formato es ABBAABBAAB, de esta manera los equipos si no fallan van alternando el ir por delante. Anímicamente cambia mucho ir por delante o por detrás”.
Creo que el mejor formato es ABBAABBAAB.. de esta manera los equipos si no fallan van alternando el ir por delante. Animicamente cambia mucho ir por delante o por detrás.
— Gerard Piqué (@3gerardpique) July 6, 2021
No va del todo desencaminado. Los elementos psicológicos seguramente explican estas cifras y, es por ello, que la UEFA está analizando la posibilidad de alterar el orden habitual hasta la fecha. Por el momento, los lanzamientos alternados hacen que el lanzador del penalti B esté sometido a una presión añadida ya que, como mucho, logra empatar el marcador. Un sistema alternativo consistiría en efectuar los lanzamientos siguiendo el sistema del tie-break del tenis, es decir ABBA-ABBA-AB, con lo cual se mitiga este efecto perverso de la presión.
La ciencia detrás de la tanda de penaltis
El equipo que comienza tirando el primer penalti en una tanda gana más del 60% de las veces. Sí. Pero este no es el único factor que influye en el resultado. Según la evidencia y las estadísticas, existe toda una ciencia detrás de los penaltis. Por ejemplo, según un estudio realizado con 204 casos, si un jugador lanza un penalti decisivo sabiendo que si marca su equipo pasa la eliminatoria, lo logra en el 93% de las ocasiones. Pero si un fallo elimina a su equipo, sólo el 44% de los lanzamientos acaba en gol.
También se sabe que la velocidad óptima a la que un jugador debe golpear la pelota en un penalti es de entre 70 y 80 km/hora y que conviene lanzar con fuerza y preferiblemente por el centro, porque sólo en el 3% de las ocasiones el portero se queda quieto, por miedo a hacer el ridículo. Lo hemos contado en Magnet.
Algunos estudios, como este de The Economist basado en datos de Opta, han analizado todos los disparos desde el punto de penalti de los Mundiales y de las Eurocopas entre 1976 y 2016. La abrumadora mayoría de lanzamientos detenidos por los porteros se han dirigido hacia las posiciones más centrales de la portería. También se han producido por bajo: un 79% de las pelotas altas son imparables, frente a un 72% de las bajas.
Lo resume muy bien este estudio, que también analizó 286 penaltis a lo largo de las grandes competiciones globales para descubrir hacia dónde se orientan tanto lanzadores como arqueros. La investigación sugiere que existe una distribución bastante equitativa de los chuts (40% hacia la derecha, 32% hacia la izquierda, 28% hacia el centro), pero la mayoría de guardametas optan por un lado u otro. Casi nunca se quedan quietos.
¿Y cuál es el porcentaje de acierto en un penalti? Varía en función de las circunstancias, según concluyen otros trabajos, como recoge este hilo de Hugo Sáez. Hay quien lo cifra en un 80% vs. 20% (siempre a favor de los lanzadores), mientras que otros (centrados en las tandas mundialistas, como este de FiveThirtyEight) reducen la probabilidad de gol al 71%.
¿Son los penaltis la peor pesadilla de un jugador de fútbol? En realidad, lo que debería ser un tiro fácil se convierte en un desafío cuando la presión del público descansa sobre los hombros del jugador. La presión lo es todo. Otro estudio de la Universidad de Twente ha estudiado la actividad cerebral de varios voluntarios mientras tiraban penaltis. Sugiere que las personas que fallaron los tiros a portería activaron más las áreas del cerebro involucradas en el pensamiento a largo plazo, lo que sugiere que estaban pensando demasiado en las consecuencias de fallar el tiro.
Es decir, cuantos más segundos retrase un portero el lanzamiento del rival, más posibilidades hay de que falle. Y la evidencia también demuestra que si disparas contra tu público, tienes más posibilidades de ganar. ¿Suerte? ¿Ciencia? ¿Ambos? El fútbol es maravilloso, aunque hayamos perdido.