La masificación del turismo es tal que algunos lugares han comenzado a regular el acceso de turistas. Venecia es el ejemplo más evidente, pero otros puntos de España como la playa de las Catedrales (Lugo) también han impuesto un aforo para mantener a raya las aglomeraciones estivales. En el punto extremo, los vecinos de la Muralla Roja (Calpe) han terminado por instalar una valla que separa sus casas de los iPhones de los instagramers.
#murallaroja. Si en los años 90 las agencias de viajes eran las encargadas de poner de moda una serie de destinos turísticos, ahora, esta responsabilidad recae en los usuarios de Instagram. Del mismo modo que Kendal Jenner logró aumentar las visitas a Page (Arizona), influencers como Katie One con casi medio millón de seguidores son parcialmente responsables de impulsar la peregrinación a Calpe (Alicante). Las más de 9.200 publicaciones reunidas bajo el hashtag #murallaroja ponen de manifiesto el poder de convocatoria que puede tener una foto.
Prohibido el paso. La urbanización construida por Ricardo Bofill allá por los años 60, se ha convertido en los últimos dos años en uno de los destinos favoritos para fotografiar y subir a la feed de Instagram. Las paredes rosas, su inspiración en la casbah árabe y las vistas al peñón de Ifach han elevado a la categoría de photocall las paredes de medio centenar de viviendas.
Tal ha sido el incremento de la afluencia que los vecinos de la urbanización han tenido que instalar una valla para delimitar el acceso. Los carteles de "prohibido el paso a cualquier persona ajena" dejan fuera a todos aquellos interesados en subir una foto presumiendo de código de Pantone y solo permiten la entrada a huéspedes, vecinos y productores de campañas publicitarias. El Corte Inglés, Zara Home o Del Pozo han sido los últimos en localizar en el entorno de Bofill sus última campañas.
Oferta en AirBnb. Se dice que quien inventa la ley también crea la trampa y este caso no iba a ser una excepción. Tal es el interés despertado por fotografiarse entre paredes y escaleras azules, que alojarse en los propios apartamentos es la única forma de hacerlo. Pero como la demanda en verano es muy alta los precios son aptos solamente para aquellos que deseen (mucho) hacerse un book en las inmediaciones de la urbanización. Uno de los pocos apartamentos que queda disponible cobra 323 euros por noche en pleno agosto.
No más licencias. El ayuntamiento de Calpe quiere proteger el entorno paisajístico situado a los pies de la Muralla Roja. La delicada situación ambiental en la que se encuentra la cala de La Manzanera ha llevado al gobierno municipal a iniciar un expediente para suspender la tramitación y concesión de licencias para edificar en el suelo de la zona. Esta iniciativa se suma a la propuesta del consistorio que también pide que la Muralla Roja y el edificio Xanadú sean declarados bienes de interés cultural en Calpe y, así, puedan ampararse bajo la legislación que rige este tipo de enclaves.
Soluciones made in USA. El cañón del Antílope en Page (Arizona) ha pasado de tener una afluencia elevada en época estival a recibir más de 4 millones de visitantes al año. Como respuesta, en lugar de restringir el acceso al cañón, la localidad de Page ha comenzado a organizar circuitos turísticos que buscan, por un lado, gestionar la masificación y, por el otro, dar el turista precisamente lo que quiere: el mejor ángulo para conseguir una foto likeable.
Mientras Venecia o la playa de las Catedrales acotan el aforo y la urbanización más visitada de las redes sociales veta el acceso, lugares como el cañón del Antílope evidencian que es posible transformar la masificación turística en una actividad económica más. Si la gente acude por las fotos de Instagram ¿por qué no diseñar un tour destinado a obtener las mejores instantáneas del entorno? A partir de esta idea, los circuitos fotográficos no solo amplían los límites de la experiencia en el cañón del Antílope, sino que además contribuyen a promocionar aún más la zona.
Imagen: Sarah Isabell / Flickr