José Perié, el hombre que se esconde detrás de la cuenta de Academia de Chimpancés en Facebook y de Hombre Revenido en Twitter, está abrumado. Si has pasado los últimos días por esta red social, entenderás a qué nos referimos. Decenas de miles de compartidos de su hilo, pero además de ello multitud de mensajes de cariño y de apoyo, tal y como él mismo nos confirma cuando hablamos con él.
Perié ha conseguido con su positiva prosa hacer llegar a miles de personas la vida del premio Nobel de Literatura japonés Kenzaburo Oé e Hikari, su hijo autista. No le interesa plasmarla a un texto tradicional alejado de los códigos de Twitter ya que, como él mismo opina, quizá haya tenido tanto éxito porque es perfecta tal y como está escrita, pensando en el medio social y sus posibilidades. Sí echa en falta, por darle mayor contexto, contextualizar un poco más lo que la esposa de Oé también logró por su cuenta.
"Con esas orejas vas a tener que estudiar mucho para poder casarte", fue el consejo realista que Kenzaburō recibió de su propia madre.
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Después, la vida le depararía 4 o 5 momentos importantes.
Dejadme que os los cuente. pic.twitter.com/GyAdwyOyRC
Como verás a continuación, Kenzaburo nació en el contexto de la posguerra, en el contexto cultural de una nación humillada que se toma muy en serio sus derrotas. Uno de siete hermanos, y el menos agraciado físicamente. Hikari, su hijo, nació con una discapacidad intelectual y un autismo severo.
Pero nada de ello impidió que el tesón y el cariño que se profesaba la familia les hiciera triunfar ante las expectativas personales que les anticipaban, cosechando incluso un éxito de público que lograron en buena medida gracias a la exposición de sus propias vidas, como se vio en Una cuestión personal o Un amor especial, dos de las novelas más populares de Oé fuera de sus fronteras.
Además de hablar de mostrar esta historia de superación, el trabajo literario de Oé acerca de su hijo intenta mostrar que la discapacidad del mismo no deja de ser muy parecida a la que experimenta el padre en su dimensión emocional. En al menos tres de sus novelas se plasma la misma premisa: Oé intenta reconstruir la vida de su propio padre para contársela a Hikari, pero al hacerlo descubre que su propia incapacidad para hablar de la figura paterna a la que nunca comprendió, sobre la que le faltaba demasiada información, pero intentando repetitivamente y sin tesón hacer esa reconstrucción, le pone en el mismo punto que a su hijo en sus pequeños fracasos del día a día.
Y aquí te dejamos la aventura personal de la familia Oé que ha conmocionado a Twitter:
El primero fue, por fuerza, el día en el que descubrió que iba a ser escritor.
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Con 23 años ganó el prestigioso premio Akutagawa, por su relato "La presa".
Todo se complica.
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
El bebé nace con una hidrocefalia severa. Hay que extirparle un bulto enorme adherido a su cráneo.
La operación es a vida o muerte. pic.twitter.com/kL7LN3yC48
El pequeño Hikari sobrevive con secuelas irreversibles: Discapacidad intelectual, ceguera parcial, epilepsia y autismo.
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Por aquel entonces, Kenzaburō hace un viaje a Hiroshima, al epicentro mismo del horror.
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Es la gente de allí la que acaba animándole a él, y no al revés.
El niño no habla, no se comunica, no tiene interés por nada, apenas se mueve.
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Es una especie de flor preciosa (en palabras de sus padres) pic.twitter.com/QTUTaS4G0b
Yukari y Kenzaburō analizan cada gesto. Buscan algo.
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Un día descubren que el niño reacciona levemente al escuchar cantar a los pájaros.
Le traen un montón de discos de trinos.
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En ellos, se escucha el sonido de un ave y una locutora dice el nombre a continuación.
El niño se entusiasma. pic.twitter.com/jtvf3ojVnt
Meses después, estando de de vacaciones, Kenzaburō sale a pasear con su hijo. pic.twitter.com/qr7no2eWzm
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En el campo escuchan un gorjeo.
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- Rascón - dice Hikari.
Lo es. Un rallus aquaticus
Su padre no da crédito. pic.twitter.com/oLyvGnAunx
El niño ha reconocido al pájaro gracias a uno de los discos y ha tenido el deseo de decir el nombre.
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Es la primera vez que se comunica de forma verbal con su padre.
Es capaz de reconocer y de imitar a cualquier pájaro. Y todos los días juega con sus padres a ese juego de adivinanzas en el que es imbatible.
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Cuando descubre la música clásica vuelve a apasionarse. pic.twitter.com/hKRPzdckmW
A los 11 años empieza a recibir lecciones de piano como parte de su terapia.
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Carece de coordinación física, toca con gran dificultad, sin embargo se concentra al máximo.
Kumiko, su abnegada profesora, lo desafía a improvisar.
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Le pide que apunte en una partitura lo que vaya tocando por su cuenta.
Pasa el tiempo e Hikari le trae algo escrito.
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La maestra lo toca, sonríe e imagina que es una transcripción de Mozart o Chopin.
Pero no. Es suyo. Es una composición propia.
El joven silencioso ha abierto su alma gracias a la música.
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Empieza a ser un adulto capaz de expresarse y de aprender otros conceptos relacionándolos con la música. pic.twitter.com/jon0lj5WT5
El primer CD grabado por Hikari Ōe recopilaba 25 piezas cortas para piano.
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Salió al mercado en 1992 y vendió 80.000 copiashttps://t.co/OgR6naNEo7 pic.twitter.com/jnBhf98Bdr
1. Sube la portada de un gran disco, no hace falta que digas por qué.
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
2. Nomina a 6...
Este es el segundo disco. Si no me equivoco, vendió más todavía. pic.twitter.com/ANJnQHyPpd
Aquí, Martha Argerich y el mítico Rostropóvich interpretan un de sus piezas cortas durante un concierto en Japón.https://t.co/TsqTlzcQeQ
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En todo ese tiempo del crecimiento de Hikari, Kenzaburō Ōe escribió y escribió. Sobre Hiroshima, sobre la pérdida y la culpa, sobre el futuro, pero sobre todo sobre su hijo. pic.twitter.com/jQpP9KN3Js
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Todo este derroche de verdad le valió un viaje en el que tuvo que vestirse de gala para estrechar la mano de un rey sueco. pic.twitter.com/kYAEDODXta
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Porque en 1994, Kenzaburō Ōe recibió el premio Nobel de literatura. pic.twitter.com/yCjrEZL1WH
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Su hijo le observaba tímido entre el público pic.twitter.com/SPRf9JWIY8
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Cuatro años más tarde inmortaliza su historia en este libro.
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En el que también brillan las acuarelas de su mujer, Yukari. pic.twitter.com/ObxF3v2wvk
Y dentro de su sus vidas excepcionales, su mayor triunfo es que han alcanzado una compenetración y una complicidad maravillosa. pic.twitter.com/GWG4hOUdT4
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Y hoy en día, el jardín de la familia está repleto de casitas y comederos para pájaros.
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Su canto es el recuerdo de aquel enorme descubrimiento.
Porque todos, seamos como seamos, INCLUSO LOS TUITEROS, tenemos capacidades por descubrir, no siempre a la vista, a las que consagrarnos. pic.twitter.com/sgIkOdMFnz
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Hasta Kenzaburō Ōe consiguió casarse, a pesar de lo que se temía su madre. pic.twitter.com/qp817BcjWX
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Y acabo con este haiku de Borges:
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Lejos un trino.
El ruiseñor no sabe
que te consuela.
FIN pic.twitter.com/SfL42nBIuE