Más del 90% de la población mundial respira diariamente partículas contaminantes como el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre o el de carbono. Pero este tipo de sustancias no solo afectan a nuestro aparato respiratorio y circulatorio, sino también al órgano más grande del cuerpo: la piel. La presencia de micropartículas en suspensión está asociada al desarrollo de problemas cutáneos como la dermatitis atópica u otros más graves como la psoriasis o incluso el cáncer.
¿Qué factores influyen? La contaminación atmosférica es un término que se utiliza para referirse a una serie de partículas químicas que están en suspensión en el aire. Para valorar los efectos de éstas en la piel hay que tener en cuenta dos variables: por un lado la concentración y por el otro el tamaño de las partículas. Y es que, todas aquellas sustancias cuyo tamaño esté por debajo de los 2,5 microgramos tienen la capacidad de penetrar en el interior del poro y desencadenar procesos inflamatorios que van desde la aceleración del envejecimiento a las irritaciones.
Los hidrocarburos, los metales pesados, el ozono, lo es un término que se utiliza para referirse a una serie de partículas químicas que están en suspensión en el aire. Para valorar los efectos de éstas en la piel hay que tener en cuenta dos variables: por un lado la concentración y por el otro el tamaño de las partículas. Y es que, todas aquellas sustancias cuyo tamaño esté por debajo de las 2,5 micras tienen la capacidad de penetrar en el interior del poro y desencadenar procesos inflamatorios que van desde la aceleración del envejecimiento a las irritaciones.
De eczemas a cáncer. Según este estudio de la Academia de Dermatología y Verenología de la India la presencia de los contaminantes anteriores en concentraciones elevadas llevan a la piel un estrés oxidativo que le impiden desempeñar su función como barrera defensiva del organismo. ¿Resultado? Entran más sustancias al interior que favorecen la aparición de nuevas patologías.
Por ejemplo, los radicales libres presentes en el humo de los cigarrillos producen estrés oxidativo en las células lo que desemboca en alteraciones celulares que pueden provocar desde procesos inflamatorios como la psoriasis hasta cáncer. Los hidrocarburos poliaromáticos están asociados con el envejecimiento, la pigmentación, cáncer y erupciones de acné. Por último, la exposición a los compuestos orgánicos volátiles está asociada al incremento de citocinas, lo que favorece el desarrollo de reacciones inflamatorias y alérgicas como la dermatitis atópica.
Cosmética anti-contaminación. De forma paralela al aumento de los niveles de contaminación ha ido surgiendo toda una industria enfocada a proteger la piel de estos nuevos agentes externos. Si antes la protegíamos del sol y del frío en invierno, ahora nos dicen que también hay que protegerla de la contaminación. De hecho, del 2011 al 2013 (periodo en el que China aún no había endurecido sus políticas anti-contaminación) la venta de este tipo de productos creció un 40% en la región Asia-Pacífico. El listado de opciones va desde los jabones específicos para eliminar todas las partículas contaminantes que ha ido absorbiendo la piel a lo largo del día, hasta cremas enfocadas a proteger la epidermis precisamente de todos estos agentes. De hecho, según The Guardian ya hay un laboratorio trabajando en el diseño de un filtro protector similar al de las cremas solares.
La conciencia respecto a esta problemática está extendida en países como China y cada vez más en rincones de Europa como Londres donde se encuentra una de las calles con mayores niveles de contaminación: Oxford street. En pleno auge de la cosmética cruelty-free y natural resulta especialmente contradictorio observar cómo marcas que testan en animales o que contienen microplásticos entre sus ingredientes, están elaborando precisamente una línea de productos anti-contaminación.
El caso de China. En 2014, China le declaró la guerra a la contaminación y en cuatro años ha conseguido reducir de media un 32% la presencia de partículas finas en el aire. Sin embargo, aunque los datos actuales son mejores que hace cuatro y cinco años, se calcula que alrededor de 4.000 personas mueren a diario como consecuencia de la contaminación. Y es precisamente por estas cifras por lo que China es uno de los mercados más rentables para la venta de cosmética anti-contaminación.
¿Qué podemos hacer? Partiendo de la base de que la contaminación es un problema global y no individual, lo idóneo sería que a nivel gubernamental este problema de salud pública fuese resolviéndose. Pero mientras esto sucede y no hay dos opciones: probar los famosos productos anti contaminación o seguir pautas más tradicionales, pero que según algunos expertos consultados por CNN también son eficaces. Dermatólogos de Hong Kong y varios estudios recomiendan tomar algún tipo de antioxidante (vitamina C, A o E) para ayudar a paliar el estrés oxidativo y, por ende, la probabilidad de padecer cáncer de piel. A esta pauta nutricional habría que sumarle una rutina de limpieza diaria, el empleo de un protector solar y el uso de sombrero o paraguas.
Imagen: Verygoodlight.com