Los jóvenes de nuestro país tienen por delante un futuro complicado. Uno en el que han dejado cicatrices tres crisis económicas recientes: la de 2008, la del Covid y su consecuente inflación, y una energética reciente derivada de la guerra en Ucrania. La generación de la triple crisis, como la han denominado algunos, ha encajado varios golpes en la última década, que han hecho mella en tres elementos clave de sus vidas: el empleo, la vivienda y el bolsillo.
En la mayoría de países del sur de Europa casi la mitad de los jóvenes apenas llega a cubrir sus gastos básicos, no tiene capacidad de ahorro ni consigue emanciparse hasta edades tardías.
Sin margen de ahorro. Tal y como se muestra en las conclusiones de un estudio reciente de EsadeEcPol y Friedrich Naumann Foundation, que dibuja una situación "bastante precaria" en la nueva generación, menos de la mitad de los jóvenes españoles (42%) consideran que pueden cubrir de manera adecuada sus gastos básicos (alimentación, vivienda, transporte o energía) y apenas el 30 % es capaz de afrontar emergencias económicas, mientras que el 40 % encara dificultades para ahorrar a corto plazo o costearse actividades de ocio.
"El tránsito a la vida adulta para las generaciones nacidas entre 1980 y 2005 ha estado marcado por múltiples crisis económicas y sociales, afectando especialmente a jóvenes en el sur de Europa y, por regla general, el arco mediterráneo", apuntan los autores del estudio, que incluye una encuesta a jóvenes de entre 18 y 34 años de España, Italia, Portugal, Líbano, Marruecos, Túnez y Jordania. De hecho, en todos ellos, menos del 25% de los jóvenes considera que posee una capacidad de ahorro a largo plazo buena.
Independizarse: misión imposible. La falta de capacidad de ahorro se deriva principalmente del gasto que supone la vivienda. De una situación en la que los españoles destinan el 40% de sus sueldos al pago de sus contratos de arrendamiento, tal y como hemos contado en Magnet en otros artículos. Motivo por el cual en España una mayoría se independiza alrededor de los 28 años: a los 30 años, más de un 30% aún no se ha independizado y a los 35, el 20% aún vive con sus padres.
"Disponer de una vivienda es a la vez columna vertebradora de la emancipación y de la construcción de un capital y un ahorro propio: es por tanto una cuestión fundamental para entender su estabilidad, el acceso a oportunidades y las posibles trampas de pobreza en las que los jóvenes se pueden ver atrapados", señala el informe.
Más de 10 euros el m2. Mientras el precio del alquiler sube este 2023, las posibilidades de emanciparse son cada vez menores. Hay que recordar que el alquiler es la forma más frecuente de vivienda en España (31%) y que de la minoría que sí tiene vivienda en propiedad, casi un 65% la consiguió con ayuda de familiares. La publicación coincide de hecho con un nuevo repunte del alquiler (del 0,7%) que deja máximos históricos en País Vasco, Canarias y Asturias. Ahora mismo el precio del alquiler en ocho regiones españolas supera ya los dos dígitos: Baleares (16,97 euros/m2 al mes) y Madrid (16,76€), Cataluña (15,69€), País Vasco (15,09€), Canarias (13,10€), Cantabria (11,39€), Comunidad Valenciana (11,36 €) y Navarra (10,73€).
La comparativa europea. Esta situación se da en la mayoría de los países analizados, con un 23% de los jóvenes de esa franja de edad viviendo con sus padres en Portugal, un 29,5% en Italia y casi el 50% en Túnez. Eso sí, España tiene la edad de compra de vivienda más alta de los países considerados: 25,3 años. Y aún así, aún tiene mejor perspectiva de ahorro que otras economías mediterráneas. Los jóvenes de Marruecos, Túnez y, sobre todo, Líbano, evalúan más negativamente su capacidad de gasto. En el Líbano, por ejemplo, un 48% de los jóvenes dice tener muy mala capacidad para cubrirlos y solo un 25% considera que lo puedan hacer.
Esto sucede más en el sur de Europa, debido a que se trata de "economías caracterizadas por una distribución desigual de la renta, del capital, y de los mecanismos de protección del bienestar a favor de las viejas generaciones", apunta el informe.
¿De quién es la culpa? "De las elites gobernantes", señalan muchos de los encuestados. Un 33% de los jóvenes italianos, un 39,3% de los españoles y un 43,6% de los portugueses responsabilizan a los gobiernos de los principales problemas del país. Ese pesimismo persiste entre los jóvenes de los países mediterráneos, con un 40% de ellos evaluando el futuro de su país a veinte años como de declive (48% en Portugal, 47% en Italia, 42% en España) y sólo un 25,2% de jóvenes españoles vaticinando un escenario de progreso.
Imagen: Unsplash
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