Del matrimonio interracial al homosexual: si lo legalizas deja de ser un problema

Del matrimonio interracial al homosexual: si lo legalizas deja de ser un problema
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La Corte Suprema de los Estados Unidos acaba de legalizar a nivel nacional el matrimonio homosexual. Es otro paso de gigante en la lucha por los derechos LGBT por lo que sabemos que implica su normalización: una progresiva aceptación por parte de todos los sectores de la sociedad del matrimonio entre personas del mismo sexo. Existe un precedente claro que ayuda a explicar por qué es tan relevante la decisión de la Corte Suprema: el matrimonio interracial.

Pese a que la esclavitud terminó tras la derrota de los Estados Confederados después de la Guerra de Secesión, en 1865, la segregación racial hacia los afroamericanos no cesó. No fue hasta casi un siglo después cuando, tras intensas luchas civiles, la comunidad negra accedió a algo tan elemental como los derechos civiles. En el camino, la Corte Suprema de Estados Unidos se vio obligada a ejercer de árbitro en un juicio sobre la ilegalidad de un matrimonio interracial.

Legaliza y lo aceptarás

El caso, Loving v. Virginia, se articuló sobre las aún existentes leyes que prohibían a dos personas de diferente raza desposarse. A la altura de 1967, todos los estados del sur aún mantenían una jurisdicción semejante. Lo hacían sobre la base de un amplio apoyo popular: según diversas encuestas de la época, la tasa de aprobación del matrimonio interracial en Estados Unidos cuando se legalizó era bastante baja. La de Gallup es especialmente negativa, pero todas coinciden.

El debate existía, pero la decisión de la Corte Suprema lo eliminó de raíz. Por un motivo bastante simple: una vez normalizado a nivel legal, la cuestión desapareció de la arena pública sólo para ser cada vez menos polémica

El debate existía, pero la decisión de la Corte Suprema lo eliminó de raíz. Por un motivo bastante simple: una vez normalizado a nivel legal, la cuestión desapareció de la arena pública sólo para ser cada vez menos y menos polémica. Al igual que ha sucedido en otros países donde el matrimonio homosexual se ha legalizado, poner fin al debate a nivel normativo implica poner fin a la polémica en la calle. El ejemplo de España es claro: hoy somos más tolerantes con la homosexualidad que hace diez años porque el Gobierno de Zapatero aprobó una ley que lo normalizaba en 2005.

Lo expuso XKCD así:

Marriage

La noticia para Estados Unidos es, por tanto, fantástica. No sólo se reconoce un derecho necesario y se anula una desigualdad histórica, que ha abarcado siglos, entre los heterosexuales y los homosexuales, sino que también se sientan las bases para que el aún recalcitrante sector de la sociedad que no tolera la unión matrimonial de una pareja del mismo sexo lo haga en el futuro. Hay muchos motivos para ser optimistas. El principal: el matrimonio homosexual ya está aceptado.

Pew Homosexuality

En su mayoría. Y la cifra difiere a la del matrimonio interracial. En su día, había menos americanos habituados o tolerantes con la idea de un hombre blanco y una mujer negra casándose de los que hay hoy cómodos y favorables con dos hombres contrayendo matrimonio. En ese sentido, la decisión de la Corte Suprema llega algo más tarde y, al contrario que con el matrimonio interracial, sólo pone por escrito lo que la mayoría de la sociedad americana ya daba por hecho.

En su día, había menos americanos habituados o tolerantes con la idea de un hombre blanco y una mujer negra casándose de los que hay hoy cómodos y favorables con dos hombres contrayendo matrimonio

Cuarenta años después, Estados Unidos, y por ende el mundo, da otro paso más por la igualdad de derechos para todas las personas del mundo, sea cual sea su orientación sexual o raza. Queda muchísimo trabajo por hacer, pero es saltar un escalón gigante y quién sabe si un ejemplo a seguir no sólo por el resto de países occidentales aún reacios a legalizar el matrimonio homosexual, sino también por aquellos asiáticos, africanos o americanos que ya tienen otro espejo en el que mirarse.

Imagen | Evert Barnes

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