Si la logística del sistema de transporte de las vacunas ya era complicadísima de llevar a cabo, ahora el mundo se enfrenta a un reto aún mayor: protegerlas. Durante estos meses, se envían y movilizan miles de millones de dosis de vacunas por tierra, mar y aire a través de camiones, barcos, trenes o aviones. Los cuerpos de seguridad de cientos de países ya están avisando de que ladrones y criminales están intentando robar esas mercancías para luego venderlas en el mercado negro o como forma de boicot por parte de movimientos antivacunas.
Para los transportistas de carga, el lanzamiento de la vacuna representa "el mayor desafío de seguridad en una generación", según señalan desde la asociación europea de ese sector. El panorama que se presenta ha puesto a la industria farmacéutica en alerta máxima mientras se prepara para respaldar el mayor esfuerzo mundial de vacunación de la historia.
A medida que los primeros viales de las vacunas aprobadas hacían su aparición en los países de Occidente, los criminales más sofisticados se preparaban para atacar el sistema de logística de transporte. "Es el activo más valioso del mundo en este momento", decía Lisa Forte, de la firma de ciberseguridad Red Goat, al New York Times. "Naturalmente, esto atraerá a ciberdelincuentes altamente calificados, grupos criminales y actores estatales".
Ya se ha visto en algunas ciudades como Florida (EEUU). El mes pasado, aproximadamente 30 viales para vacunas con un valor cercano a los 10.000 euros fueron robados de un camión que suministraba las dosis al centro de vacunación de Plant City, aunque se desconoce la autoría del asalto.
La pandemia ya ha provocado un repunte en los robos de productos relacionados. El año pasado, se robaron millones de máscaras respiratorias de una instalación de aviación en Kenia, se saquearon guantes médicos por valor de 800.000 euros de un contenedor en Florida y se robaron casi 200 respiradores con destino a Colombia. Incluso se ha apuntado al papel higiénico: en el apogeo del frenesí de las compras de pánico en 2020, se robaron 130.000 rollos de varios camiones en Reino Unido.
La Organización Internacional de Policía Criminal emitió hace unos meses una alerta mundial a las fuerzas del orden en sus 194 países miembros advirtiéndoles que se preparen contra las redes del crimen organizado que se dirigen a las vacunas, tanto físicamente como en línea. "Mientras los gobiernos lanzan las vacunas, las organizaciones criminales planean infiltrarse o interrumpir las cadenas de suministro", señalaba su secretario general. Además, avisan de que se centran en las instalaciones de almacenamiento y las redes de distribución.
"La alta demanda combinada con un suministro limitado hace que las vacunas sean el equivalente al oro líquido para las redes del crimen organizado”, afirma la agencia. Por eso la Interpol ya ha listado una serie de pautas de seguridad en un documento de referencia para que los oficiales de primera línea se protejan a sí mismos y a las comunidades a las que sirven para garantizar la entrega de las dosis.
Venta en el mercado negro de la Deep Web
La Interpol también alerta que las vacunas que se roban o se filtran se pueden vender posteriormente en el mercado ilegal. Si los mercados negros de medicamentos que tratan, por ejemplo, el cáncer y la artritis son tan rentables, es relativamente fácil para los ladrones vender su botín de vacunas Covid. En la Deep Web, dosis de origen y autenticidad desconocidas ya se venden a 150 euros la unidad.
Una de esas ofertas, rastreada por la empresa de seguridad cibernética Check Point Software, tenía un precio de 200 euros y el vendedor prometía una entrega "sigilosa" en un paquete de doble envoltura. El envío desde los EEUU por correo postal o una empresa de mensajería costaría 15 euros, más otros 5 para garantizar una entrega al día siguiente.
Aunque los expertos señalan que muchas de estas ofertas son falsas o nunca se envían, los criminales aprovechan cualquier cosa. Incluso los viales vacíos de vacunas robados, que podrían rellenarse ilegalmente, son otro objetivo, según la Europol.
Equipamiento de película y máxima seguridad
La naviera holandesa H. Essers, que transporta con frecuencia cargas sensibles como dinero en efectivo y obras de arte, ha seleccionado a los conductores más experimentados de su personal de 600 personas para transportar dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech por toda Europa desde una instalación de producción en Bélgica. Aunque los 250 conductores que manejan esos envíos han trabajado en Essers durante años, se mira con lupa sus antecedentes.
Según se detalla en un reportaje de Bloomberg, las puertas de esos camiones tienen cerraduras digitales que solo se pueden abrir de forma remota, y los conductores reciben capacitación adicional sobre cómo responder a cualquier ataque a la carga de vacunas. Cada camión es una "búnker" sobre ruedas.
El gigante de la logística con sede en Suiza, Kuehne + Nagel, tiene a los camiones que transportan la vacuna Moderna y Sinovac escoltados por guardias armados y cuentan con tecnología de rastreo para que las dos docenas de empleados del equipo de "servicio premium" de la compañía los puedan vigilar las 24 horas del día. Así, monitorean cada envío y están en comunicación con los clientes si hay algún problema. "Sabemos si se abren las puertas, sabemos cuándo se detiene el camión, sabemos cuánto tiempo debería haberse detenido el camión para hacer una pausa, y si se pasa, avisamos al conductor y a nuestros equipos", explican.
Aircargo Transport GmbH, un transportista alemán ha equipado una docena de camiones Mercedes y Scania para envíos de vacunas con tecnología valorada en 250.000 euros por vehículo. Las puertas de carga han sido equipadas con alarmas que suenan a 90dB si se abren con una palanca. Hay un botón de pánico para que el conductor advierta a la sede de cualquier peligro, y si el camión es secuestrado, un interruptor remoto puede apagar el motor. Los convoyes que lleven dosis por valor de más de 10 millones de dólares están flanqueados por una escolta policial. Y todos los envíos son seguidos por un coche con dos guardias vestidos de civil para protegerse contra los criminales que podrían intentar abrir las puertas traseras y robar la carga durante la marcha. Como en una película de Misión Imposible, vamos.
En el interior de los vehículos las cajas de dosis de vacunas están equipadas con sensores inalámbricos que transmiten los cambios de temperatura, luz y ubicación para rastrearlos en caso de robo y garantizar la integridad de los sistemas de enfriamiento necesarios para mantener frescas las inyecciones. A pesar de toda esa protección, incluso la más mínima manipulación podría arruinar un lote completo, lo que significa que es importante detener no solo el robo, sino también cualquier intento que amenace la integridad de la carga. Es decir, si alguien entra a un camión y roba dos ordenadores portátiles de 10.000, los otros 9.998 estarían absolutamente bien. Pero cualquier interrupción en la cadena de suministro de las vacunas significa que probablemente todas tendrían que ser destruidas.
Es la guerra que no estamos viviendo nosotros, los ciudadanos de a pie, pero que las agencias de seguridad se están tomando muy en serio. Y tal y como están las cosas, no es para menos.
Recuerda que tienes nuestra guía sobre cómo entrar en la Deep Web o la Dark Web.
Imagen: Remiorz Ryan/GTRES