Es un video que no se agota. Puedes verlo tantas veces como quieras. Abajo, la escena tal y como se muestra en la serie. Arriba, una visión aérea del trabajo detrás de las cámaras. Una coreografía de actores, muebles, iluminadores, personal de rodaje e incluso perros que bailan alrededor de la cámara. Nos dicen que los dos vídeos están sincronizados, ocurren a la misma vez en el tiempo, pero por más que nos fijemos nos sigue pareciendo magia.
El usuario de tuiter @iam_somov lleva acumulados medio millón de retuits, y no es para menos. Parece una de las escenas más alucinantes jamás rodadas: un plano secuencia de cámara que flota por las cuatro paredes de una casa mientras esta se va transformando radicalmente ante nuestros ojos. Se trata de uno de los momentos de Kidding, la serie de Showtime encabezada por Michel Gondry, y las imágenes nos cuentan la transición de Shaina (Riki Lindhome) por la que, gracias a un programa infantil, consigue rehacer su vida.
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— Somov (@iam_somov) 4 de octubre de 2018
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FUCK pic.twitter.com/xvQpnsCDmH
“Nos pasamos un sábado entero ensayando todos los movimientos en una sola toma”, cuenta el productor ejecutivo David Holstein. “Conseguimos reducir el tiempo de la transición de tres minutos a un minuto y 42 segundos. Han hecho falta 50 personas, tuvimos que construir un set especial en el que las paredes pudiesen girar… todo para filmar la evolución de cinco años en la vida de una mujer que pasa de drogadicta a mejor persona”. Si hacemos caso de los rumores de Internet, el plan llevó dos semanas de preparación, un día y medio de ensayos y 14 horas de rodaje.
Pruebas de agudeza visual: ¿cuántas actrices hacen de Shaina? ¿Cuántos cambios de iluminación puedes contar en la pared de la televisión? ¿En qué parte del set estaban escondidas las actrices que hacen de amigas de la protagonista antes de aparecer riéndose en la cocina?
Como han señalado varios de los comentaristas del vídeo viral, se trata de un subterfugio marca de la casa. Gondry, su showrunner, es un experto en artificios mecánicos. Ya en 1994 el realizador creó un videoclip para el rapero Lucas Secon que le valió una nominación a los Grammy a mejor vídeo musical. Décadas atrás creó una secuencia en tiempo real de cuatro minutos donde el decorado se va retorciendo para jugar con nuestra percepción al modo de las ilusiones del ojo mágico. Este creador francés lleva años defendiendo su ineludible sello. A saber: alteración de los tamaños de los objetos, desestructuración del espacio y el tiempo y la construcción de un mundo hecho mediante bricolage que refuerza la materialidad de nuestro universo.
Como si nuestro mundo pudiese estar hecho de papel maché. Como si todo fuese un sueño, una maqueta infantil o un punto intermedio entre esas dos cosas. En esencia, como si el espíritu de Georges Meliés siguiese vivo.
Hay algo que hace especial esta escena de Kidding. Probablemente cualquiera de nosotros podría haber visto este momento de la serie y no inmutarse ante el rompecabezas que estaba ocurriendo al filmarlo, y esto es porque desde hace años estamos acostumbrados a los planos secuencia digitales. Piensa, por ejemplo, en una película como Birdman, donde la cámara sostiene un plano permanente mientras el aparato vuela, los actores hablan con dobles de sí mismos y ocurren otros tantos accidentes en CGI. Sabemos que es una toma simulada, que la postproducción ha conseguido disimular ciertos momentos de la película para hacer cortes y poder repetir tomas.
Kidding huye de esta posibilidad técnica y prefiere optar por la artesanía, y aunque Gondry no dirige este episodio concreto (su encargado ha sido Jake Schreier), la idea y el guión técnico de este fragmento ha sido cosa suya, como es evidente.
Por eso este truco visual emparenta mejor con otro ejemplo. Sería el caso de la escena de Hijos de los Hombres en la que, sin que nos demos cuenta, el ojo de la cámara se vuelve demiúrgico.
El dispositivo pasa entre los asientos del coche de cinco miembros de la resistencia mientras les asaltan decenas de personas rabiosas, les disparan dos motoristas y les detiene la policía. La complejidad no es aquí la de reconfigurar una habitación, pero sí la de disimular el movimiento del operario de la cámara, ese sexto pasajero del coche, mientras ninguno de nosotros le echa en falta, así como conseguir que todos los efectos especiales (fuego, sangre, tiros y especialistas de riesgo) funcionen a su debido tiempo.
Sin ser una única toma, el mundo de los efectos especiales también vio recientemente otro ejemplo de proeza técnica. Se trata de esta secuencia de la película La Villana que también se viralizó entre los grupos de aficionados al séptimo arte: una cámara pájaro que pulula alrededor de una pelea de katanas entre conductores de motos. Un minuto de acción que a cualquiera corta el hipo.